Los “tiburones” de la empresa y la banca españolas han pedido a Zapatero que aguante en el Gobierno hasta 2012. Razones no les faltan. Han encontrado un tonto útil y quieren exprimirle hasta la última gota. Mientras la ciudadanía siente que cada día que pasa vive peor, el paro aumenta, las hipotecas suben, los salarios bajan y los Ere,s se amontonan, los grandes empresarios y banqueros perciben justo todo lo contrario. De hecho, aunque saben que están solos, aseguran que la economía va mejor. Será la suya. Emilio Botín, por ejemplo, ha exigido al presidente del Gobierno que agote la legislatura para continuar con las reformas emprendidas e incluso ir más allá. Y yo me pregunto, ¿por qué el dueño del Banco Santander no se presenta directamente a unos comicios y da la cara, en lugar de esconderes detrás del telón para mover desde allí los hilos de los títeres que actúan en función de sus intereses? Claro que el consejero delegado de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, ha lanzado un dardo envenenado a Zapatero, al aque ha calificado como un hombre ”reformista“. Imagino que el presidente del Gobierno habrá sonreído satisfecho ante el halago. Incluso es posible que no se haya dado cuenta que para un socialista este calificativo es un insulto. O lo que es peor, cuando empresarios y banqueros hablaban, no es descartable tampoco que Zapatero haya estado pensando quién de todos ellos le pagará con un sillón en su consejo de administración todos los favores que ahora les está haciendo.