Empresarios y emprendedores: ¿una brecha insalvable? (ii)

dic
16
2014 Emprendedor // nuevos paradigmas

EMPRESARIOS Y EMPRENDEDORES: ¿UNA BRECHA INSALVABLE? (II)

Escrito por Miguel Benavent de B.   Sin comentarios

Continuación…

Y la verdad es que el mundo es cada día más integrado, menos dual, más cambiante e híbrido en sus planteamientos. El mundo es cada vez más “abierto” y menos restrictivo, pues requiere de una visión amplia, colaborativa y tolerante, para armonizar intereses aparentemente contrapuestos y hallar puntos de vista más “abiertos” y transversales. Y ese cambio nos afecta a todos, desde los veteranos empresarios, consultores -como yo mismo- y directivos, hasta los jóvenes e inexpertos emprendedores. Pero unos y otros no parecen darse cuenta de que los retos son los mismos: adaptarse a un mundo cambiante, del que nadie sabe su futuro inmediato. Solo hay unas bases comunes a todos -aunque no comentadas ni siempre aceptadas-, como son hoy la sostenibilidad, la responsabilidad y la necesaria ética en todas las actividades profesionales y empresariales. Un nuevo paradigma que poco a poco se va imponiendo, nos guste o no, aunque sea necesario si pretendemos cambiar las cosas, de una vez por todas y para siempre.

Y siguiendo con los diferentes eventos a los que acudo, aprecio la falta de soluciones buscadas y consensuadas entre todos, los maduros empresarios y directivos de gran empresa o institución y los jóvenes -o no tan jóvenes- emprendedores que crean micro-empresas. El cambio es común a todos, como lo es la necesidad de capital para ser viables, poder innovar y ser competitivos. Las empresas grandes carecen de talento -que fue pre-jubilado, en la mayoría de los casos- pero tienen recursos estructurales y económicos, mientras que los emprendedores poseen talento, pero no pueden acceder a los recursos necesarios para emprender sus propios proyectos. Las instituciones públicas o privadas -incluso las universidades-, lejos de ayudar, siguen teorizando sobre lo que desconocen de los jóvenes y del mundo que viene, intentando demostrar que aún son útiles para la sociedad, sin molestarse siquiera a escuchar lo que pasa fuera de sus muros mentales e institucionales.

Así, colegios profesionales, organizaciones empresariales o profesionales, gremios, partidos políticos, organizaciones sindicales, escuelas de negocios, etc. están perdiendo a los jóvenes, escépticos ante su inmobilismo, su alineamiento con el poder y su indiferencia hacia lo que pasa en la calle y lo que les preocupa realmente a ellos. Siguen considerando a los jóvenes como objetivo de sus tareas sociales y su solidaridad, sin reconocer que realmente los nuevos emprendedores son la única solución posible, no solo para salir de esta crisis, sino para que este país sea viable y sostenible, en el futuro. La “antigua economía” sigue pensando que el turismo y la especulación financiera e inmobiliaria son el único camino, aunque ya sepamos a dónde nos llevó esto, cuando los empresarios malvendieron sus empresas al inversor extranjero -que luego desubicó, buscando menores costes salariales o beneficios fiscales-  para luego invertir en ladrillo o en la Bolsa, creando una burbuja que, cíclicamente, explota.

Seguirá…