Revista Cómics

Empresas de traducción: ¿cómo escoger correctamente?

Por Mugen

«Mi primo es políglota, ¿qué diferencia hay entre él y tú?» o «traductor puede ser cualquiera, ¿no? Para eso está Google Translate»… Estos son solo dos de los «topicazos» que los traductores tenemos que escuchar una y otra vez. La respuesta es sencilla. Puede que tengas un primo inglés, la diferencia está en que ser nativo no es un profesión y ser traductor sí. Y también es posible que Google Translate te ayude un día a comprender, en líneas generales, de qué trata un texto, pero estoy segura de que no es capaz de traducir correctamente un testamento o un contrato. Las empresas de traducción, en cambio, garantizan la calidad que todo trabajo requiere; eso sí, siempre y cuando escojas correctamente.

¿Cómo elegir la opción adecuada?

Aunque en España operan más de 300 empresas de traducción, la mayoría de ellas no cumple con determinados estándares de calidad. ¿Os imagináis una empresa de traducción que realice traducciones juradas sin contar con un traductor jurado entre sus miembros y sin conocer las especificidades de la traducción jurada? Lamentablemente, las hay. Muchas agencias prometen plazos imposibles, tarifas muy atractivas para el cliente, pero denigrantes para la profesión, y traducciones realizadas por traductores nativos que, en realidad, son traducciones automáticas de Google vendidas como traducciones profesionales, o trabajos realizados por estudiantes en prácticas que no han completado su formación y, por supuesto, al gerente no le suponen ningún coste. Triste, pero cierto.

Si vas a confiar en una empresa de traducción, exígeles que cumplan con los siguientes requisitos:

  • Que cuenten con especialización en el sector: médico, farmacéutico, turístico, etc.:

Traducir documentación especializada requiere conocer en profundidad el ámbito de especialidad. Personalmente, no confío en los profesionales que dicen ser expertos en la traducción de todo tipo de textos, fundamentalmente porque es imposible. No basta con saber un poco de todo. Una buena empresa de traducción es aquella que trabaja exclusivamente con profesionales expertos en cada materia. Eso es lo que marca la diferencia entre una traducción y una buena traducción.

  • Que cuenten con traductores nativos y profesionales:

Lo ideal es que el traductor traduzca siempre hacia su lengua materna y, en caso de realizar una traducción inversa, que esta sea supervisada por un profesional nativo antes de ser entregada al cliente. Repito: profesional. Y es que, como hemos mencionado antes, ser nativo no es una profesión. En las empresas de traducción, los colaboradores deberían contar con los conocimientos y la experiencia suficientes para desempeñar adecuadamente las funciones de su puesto y saber responder ante las complicaciones que puedan surgir durante los proyectos.

  • Que te ofrezcan un presupuesto cerrado:

A nadie nos gusta llevarnos sorpresas, por eso creo que es importante que las empresas de traducción elaboren un presupuesto cerrado en el que, además, se especifiquen claramente las fases que atravesará el proyecto (cada caso será diferente): preparación de los textos, traducción, control de calidad, maquetación, etc. Aquí el cliente (sí, tú) también debe aportar su granito de arena y, si prevé que pueden producirse cambios en el documento que ha enviado a la agencia de traducción, no está de más (de hecho, deberías) notificarlo para que esta pueda informar acerca de las modificaciones que puede sufrir el presupuesto. Así, evitamos sustos.

  • Que cumplan con los plazos de entrega:

Las buenas empresas de traducción respetan rigurosamente los plazos acordados con el cliente. Si, por el motivo que sea, no podemos cumplir con los términos de un proyecto, lo mejor es ser sincero con el cliente. Es fundamental saber establecer nuestros propios límites y ser honestos con nosotros mismos y aquellos que confían en nosotros.

Aunque es cierto que no es fácil conocer todos estos detalles cuando se produce el primer contacto con una empresa de traducción, si prestamos un poco de atención y planteamos nuestras dudas, enseguida notaremos si podemos o no fiarnos de su trabajo. La rapidez a la hora de responder, la seguridad en la respuesta, la firmeza del presupuesto, ¡¡las tarifas y los plazos!!… Estas son algunas de las «pistas» que pueden alertarte.

A todos nos gusta cuidar nuestro bolsillo, pero, de verdad, no os creáis que una empresa o un profesional que ofrece 0,02 cts./palabra va a realizar una traducción manual y no automática (probablemente, ni siquiera sean profesionales), ni que es posible realizar y revisar una traducción de 2000 palabras (de calidad) en cuatro horas. ¡Que no os engañen!

¡Hasta el próximo post!


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