No es un nuevo concepto, sino todo lo contrario, así es cómo comenzamos a comunicarnos desde que nacemos. Pero sin embargo ahora oímos éste palabro y nos parece original, novedoso. Cuando en realidad ha sido nuestra forma de expresión desde pequeños. La sociedad, la educación recibida es la que nos ha ofrecido o impuesto la comunicación vertical o jerárquica, y nosotros la hemos ido aceptando y los que no lo hacían eran llamados rebeldes.
Comenzamos a establecer jerarquías desde pequeños en la familia, entre padres, hermanos y demás familiares, y esa misma jerarquía la trasladamos a nuestro círculo de amigos, a entorno de conocidos y donde más establecida está por cultura es en el mundo laboral. Si nos paramos a reflexionar nos damos cuenta que la comunicación vertical puede correr riesgo de caerse por exceso de presión, y desde arriba es fácil ver el horizonte si hay buen tiempo, pero muy difícil ver a quienes nos sostienen. Si a ésto se le suma un número inimaginable de cargos, altos cargos, medios cargos, cargos intermedios, cargos de primera, cargos azules, cargos rojos, etc. Al final va a resultar que ha más cargos que empleados. Altos ejecutivos que al no estar a pie de obra en pleno rancho sólo saben y conocen por oídas, teniendo en cuenta que el mensaje original siempre vendrá emitido con la interpretación de quien lo emite y con la recepción de quien lo escucha. Es decir el mensaje "real" no llega o llega manipulado.
Cuando una empresa busca comunicación horizontal, vamos por buen camino, eso significa que mínimo quiere comunicación y seguramente interacción directa entre esos altos cargos. De todas las áreas que pueden aportar herramientas para una coherente comunicación horizontal, Arte es la más flexible a las exigencias sociales y de mercado, porque el Arte no está sólo en lo meramente artístico sino también en ¿cómo hacer para comunicarnos de manera clara?. Para empezar a caminar en este sendero las empresas han de tener nítido su mensaje, el cual aunque sea el mismo, nunca debe hacerse de la misma manera, pues se corre el riesgo de falta de interés a los cinco segundos de empezar y oír la misma música. Deben estrujar sus mentes y dar con ideas creativas, hablar siempre de lo mismo y no ofrecer nada nuevo es una descortesía hacia tus empleados, cayendo en la monotonía del hábito.
Sólo cuando las empresas están dispuestas a cuidar a sus empleados podrán comprender la desarmonía del ambiente, hacer frente a las sugerencias y así obtendrá la respuesta positiva y determinada de sus equipos de trabajo. Para recibir algo a cambio también hay que dar, es el funcionamiento de los mercados y en éstos es en donde se mueven las empresas, donde quieren estar. Y teniendo en cuenta que los mercados ya no son algo exclusivo de unos pocos, sino que es algo genérico cada vez más abierto, las empresas deben cuidar su imagen, su mensaje, y su propia estructura sino quieren que el mercado les saque por falta de coherencia.
Elegir a Arte como elemento transmisor de mensajes y constructor de empresas, aporta flexibilidad, interacción y comunicación de tú a tú, no vía cita previa. Arte no entiende de jerarquías o mejor dicho las conoce pero no le gustan, porque no expresan, están rígidas con cara larga sólo emitiendo. Y a Arte lo que más le gusta es la comunicación bidireccional, el diálogo. Es su materia prima.