La sensación de querer empujar en el parto la he sentido en los dos partos. A empujar nos enseñan en las clases de preparación al parto, a partir de que estés embarazada de la semana 38. Se suele llamar pujos.
En ambos he tenido puesta la anestesia epidural, y no por eso he estado “desconectada” del momento del parto como muchas veces dicen.
En el primer parto notaba esa sensación solo en un lado, en el Izquierdo, debido a que la anestesia en ese lado no me hizo efecto igual que en el otro lado. Cuando notaba que quería empujar eran unas ganas irrefrenables, pero se podía contener respirando.
En cambio en el segundo parto una vez que la cabeza se encajó bien, no era posible evitar empujar. La sensación de empuje del bebé dentro, hacia que todo me doliera y se abriese y si no empujaba parecía que iba a chocarse con alguna parte de mi cuerpo, concretamente con el “hueso del culo”, que aún está resentido, como si tuviera agujetas. Esas ganas de empujar desaparecían al irse la contracción, al igual que el dolor de presión de la cabeza del bebé, pero cuando volvían me daba igual que estuviera o no la matrona, yo empujaba!
Estuve empujando boca arriba, cogiéndome las piernas y luego de lado, apoyada sobre mi lado izquierdo. Y así es como di a luz: de lado
Al pasar a paritorio, seguía con mis ganas de empujar en las contracciones y las dos matronas esperaban a que llegasen esas ganas, y entre contracción y contracción me decían que cogiera fuerzas para la siguiente. Vamos que solo empuje cuando mi cuerpo me lo pedía, sin prisas!
Cuento esto porque en ambos partos cuando tomé la decisión de ponerme la epidural pensaba que no reconocería esas sensaciones, esas indicaciones que da el cuerpo, pero si se reconocen, y se sienten!! No puedo hacerme una idea de como ha de notarse sin epidural…
¿Vosotras notasteis esa sensación? ¿Os dejaron seguir el ritmo de vuestro cuerpo?