Bruselas presentó hoy, de la mano del Comisario de Salud, John Dalli, su enésimo apaño legislativo en aras de dar el empujón definitivo a la normalización de autorizaciones de eventos modificados genéticamente en la UE.
Se trata de un apéndice en formato artículo introducido en la Directiva 2001/18 que permitirá a los países suspender el cultivo de eventos transgénicos sin tener que recurrir a la cláusula de salvaguardia contemplada actualmente en el artículo 23 de dicha Directiva y que hacía necesaria una razón científica de peso que justificara esta decisión.
De este modo Bruselas pretende que los países opuestos a la biotecnología agroalimentaria, Austria, Hungría, Francia, Grecia, Alemania y Luxemburgo, dejen el camino libre a nuevas autorizaciones sin bloquearlas en las votaciones correspondientes con la tranquilidad de decidir que no las quieren en casa. Eso sí, esta libertad se limita a las autorizaciones para el cultivo y no a las que regulan la importación y procesado. Demasiado tarde para poner puertas al campo y evitar la soja que viene de América para alimentar a las vacas comunitarias, por poner un ejemplo. Eso sí, se deja claro que el proceso de evaluación seguirá siendo el más riguroso de los jamás conocidos.
Resulta curioso, cuando se lee la nota de prensa, comprobar cómo la UE justifica su decisión en su objetivo de respetar los derechos y libertades de los ciudadanos comunitarios “queremos enviarles una señal clara de que Bruselas respeta sus preocupaciones”, pero no hay ni una sola referencia a los agricultores, que seguirán viendo discriminada su libertad para elegir su modelo productivo en varios países como Francia, verdadero bastión agrícola comunitario.
Sin embargo, un grupo de valientes productores, pioneros en su momento en el cultivo del maíz Bt y hoy ya veteranos en estas lides, han querido hacer oír su voz en Bruselas ante las autoridades europeas y dar testimonio de que no están de acuerdo con el “todo para los agricultores pero sin los agricultores”. También Europa Bio, la asociación europea de industrias biotecnológicas, tiene ciertas dudas sobre el desarrollo de esta nueva normativa y ha dejado claro que “cualquier marco legal debe ser basado en premisas científicas y no discriminatorio”.
Habrá que esperar para saber si este nuevo giro de tuerca supone el empujón definitivo al desarrollo de la biotecnología agroalimentaria en la UE o sólo la convertirá en un lío increíble a ojos de terceros países y potencias emergentes que siguen con paso firme por la senda biotec ignorando nuestras aventuras y desventuras. Todo sea que ese apuesto, democrático y esbelto príncipe conocido como artículo 26b acabe por convertirse en rana. ¿O quizás en grillo?
Nota de prensa UE (inglés)
Q&A legislación comunitaria sobre OMGs (inglés)
Nota de prensa Europa Bio (inglés)
Propuestas Europa Bio (inglés)