En Marketing Warfare, Ries y Trout mostraron que las primeras empresas que surgieron en los 20, estaban todavía en la pirámide en los 90.
Los primeros tienen ventajas. Los segundos, también.
Los primeros en llegar a un mercado se recuerdan. Los segundos, se referencian.
Los primeros tienen todas las alternativas. Los segundos, todas las oportunidades.
Los primeros en usar una tecnología, marcan los estándares. Los segundos, desarrollan la oferta.
Los primeros en usar un espacio mental, crean un estilo. Los segundos, lo regeneran.
Los primeros en usar un medio, generan un lenguaje. Los segundos, generan el primer contenido.
Los primeros en usar un nuevo lenguaje generan líderes tribales. Los segundos, disidentes.
Los primeros, generan adoptantes precoces que marcaran tendencia. Los segundos, acompañaran a los marcadores de tendencia.
Los primeros en lograr comunicarse correctamente en un nuevo medio, ganan un sitio en nuestra cabeza. Los segundos, ganan el espejo de ese sitio.
Mientras tanto, muchas empresas siguen teniendo problemas en comunicarse en los social media. En comunicarse vía medios tradicionales. Siguen teniendo problemas en comunicarse con sus mercados, con sus clientes. Con sus empleados.
Pero si los primeros tienen ventajas y los segundos también, toca preguntarse si el miedo a sentirse expuesto tiene algún sentido cuando se trata de difundir la marca y no llegar el último.
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