Revista Opinión

En 2025 demos un puñetazo en la mesa

Publicado el 06 enero 2025 por Franky
España necesita muchos puñetazos sobre la mesa. Los necesita la Justicia, el Rey, las FF.AA., los ciudadanos y muchas instrucciones colonizadas de manera tiránica por el inmoral gobierno de Sánchez. Sin esos puñetazos, el principal de los cuales debería ser sobre el rostro del culpable del drama español, nuestra nación se dirige hacia el desastre. Vivimos humillaciones a diario, impuestas por los dos dos grandes partidos. Empezamos 2025 con subidas de impuestos y con un encarecimiento de la vivienda insoportable. Hemos vivido dos elecciones generales inútiles, PSOE y PP se niegan a castigar a los ladrones de viviendas (okupas) sin que los ciudadanos entiendan el apoyo a esos criminales. Más de la mitad de los españoles odian a los políticos (según las encuestas) y un porcentaje similar los considera como los peores enemigos de España, la libertad y el progreso. Hasta se duda ya de la limpieza de las elecciones. Así no se puede vivir porque el país está dividido y lleno de odio, por obra de unos partidos políticos que construyen una pocilga. La democracia está desprestigiada en España y el envilecimiento es constante. Los últimos gobiernos no sólo no han aportado nada, sino que han hecho retroceder la convivencia, la seguridad, el respeto, el bienestar y la Justicia. Un proceso estéril provocado por la loca insensatez de nuestros políticos, incapaces de leer la nueva realidad española y de satisfacer las demandas de una ciudadanía que desea la regeneración de la política y una actuación de gobierno más justa. Los españoles que conserven algo de decencia, amor a la nación y deseos de regeneración estamos obligados a doblegar a la clase política que nos conduce hacia el fracaso y la pobreza. Se trata de dar un puñetazo en la mesa que deje claro que en democracia los ciudadanos tienen el poder. El rechazo ciudadano a la vieja política tiene que ser percibido por los chulos, los corruptos, los arrogantes y los déspotas con poder, esos mismos que conducían a España hacia el matadero. La sociedad española tiene que transformar su eterno lamento y su indignación en poder real y lograr que la clase política se ponga de rodillas y asuma que los deseos y sueños de los ciudadanos son preceptos en democracia. --- En 2025 demos un puñetazo en la mesa Por el horizonte de España se aproximan nuevos impuestos y más recortes y reformas autoritarias, obra de una clase política que no está dispuesta a cumplir los deseos más básicos e intensos de los españoles, que son el fin de la corrupción, un intenso adelgazamiento del Estado, menos impuestos, mejores servicios y más ahorro por parte de una clase política despilfarradora, que se endeuda de manera demencial, condenando a los españoles a ser esclavos del gran capital para las próximas tres generaciones.

La experiencia y la inteligencia nos dicen que el enemigo del progreso es la clase política o el Estado de partidos, pero no queremos darnos cuenta. Ellos han construido un Estado a su medida, no a la medida del ciudadano, que cuida más los intereses de los políticos que los del pueblo, adaptado a sus necesidades y privilegios, un estado de partidos oligárquicos, dentro de un sistema sin separación de poderes ni representación, que tiene muchos rasgos dictatoriales.

Parecen fuertes, pero son débiles. Son fuertes si nos enfrentamos a ellos con violencia porque entonces se sentirían legitimados para arrojarnos encima a las fuerzas policiales y militares, pero son débiles, sorprendentemente débiles, ante una actuación ciudadana de protesta y boicot pacífica, responsable y civilizada.

Tenemos un mecanismo pacífico y legal que es mucho más contundente y eficaz que cualquier revolución armada, que todas las algaradas callejeras y manifestaciones de protesta. Se trata de decir "NO", de negarse a votar a los partidos que nos han destrozado la nación, sobre todo al PSOE, el PP y sus socios comunistas y de la escoria nacionalista vasca y catalana.

En las próximas elecciones hay que votar a partidos nuevos, que no se hayan manchado con la corrupción y el abuso de poder, o quedarnos en caso practicando una abstención masiva que evidencie el descontento del pueblo con la morralla política.

Votar a los responsables del desastre es acudir al matadero voluntariamente. El bipartidismo y la escoria comunista y nacionalista no merecen un sólo voto. Las próximas elecciones deben convertirse en el puñetazo en la mesa que dan los ciudadanos españoles ante la desvergüenza e ignominia que representa la clase política, las más inepta, antidemocrática, corrupta y desprestigiada de toda Europa.

No se trata de un golpe de efecto, sino de abrir las puertas a una regeneración, más necesaria para España que el aire que se respira. Una regeneración de la que surgirá una democracia verdadera, sin corruptos en el poder, sin partidos dictatoriales que anteponen sus intereses al bien común, sin líderes mediocres y fracasados que dominan la escena, con un Estado de todos, desalojados de okupas sin ética ni valores.


Francisco Rubiales


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