Como si se tratara del conocido 'efecto mariposa'. Lo que ocurra en Estados Unidos va a tener sus consecuencias negativas en Espańa. Y así se puede comprender los efectos que está teniendo la crisis. El aumento del desempleo femenino está originando que caiga la contratación de empleadas del hogar y que cada vez sean más las espańolas que se ofrecen para cuidar nińos o ancianos y realizar las tareas diarias del hogar, una oferta que hasta que estalló la crisis se había concentrado en las mujeres inmigrantes.
Desde el ańo 1996, Cáritas Diocesana de Albacete cuenta con una bolsa de trabajo para empleadas de hogar, integrada en la actualidad por unas 150 personas interesadas en trabajar en el cuidado de nińos, mayores y en realizar las tareas domésticas. Sin embargo, tal y como explica a este diario la educadora del programa de inserción laboral de Cáritas Diocesana, Cristina Galletero, la contratación desde 2010 ha caído un 30% por dos circunstancias: porque muchas mujeres se han quedado en el paro, con lo que asumen ellas mismas el cuidado de hijos y mayores y las tareas del hogar, y porque con la crisis las familias tratan de tener asistentas por menos horas y sin darlas de alta en la Seguridad Social, como es obligatorio por ley. De enero a julio de este ańo, desde Cáritas se han formalizado 34 contrataciones de empleadas de hogar, cifra que contrasta con las 44 que se hicieron en el mismo periodo en 2011 o las 49 que se alcanzaron, también en los siete primeros meses del ańo 2010. Es decir, que en el presente ejercicio se ha contratado un 30% menos que hace dos ańos.
Lo malo y lo bueno
Aunque estos datos pueden dar una imagen de cómo está el sector de las empleadas de hogar, esta resulta incompleta porque muchas son las familias que se acercan hasta Cáritas Diocesana a informarse de la contratación de asistentas, pero finalmente cuando conocen las condiciones contractuales Ťse las arreglan por otras víasť para evitar inscribirlas en el régimen general de la Seguridad Social, dado que las familias deben satisfacer el salario estipulado por ley y las pagas extras completas, además de conceder las perceptivas vacaciones y días libres: ŤSi las contratan y las dan de alta en la Seguridad Social, las familias tienen que cumplir todas las condiciones laborales y esto las puede echar un poco para atrásť. No es de extrańar por tanto que, en algunos casos, los contratantes se decanten por emplear a estas mujeres a través de recomendaciones o anuncios colocados en escaparates y farolas y lleguen a acuerdos particulares.
Pero no todas las familias piensan lo mismo y entienden que cualquier trabajador tiene derecho a cotizar a la Seguridad Social para garantizarse una pensión en su jubilación. En los seis primeros meses de 2012, según los datos de cotización a los que tiene acceso Cáritas de Albacete, la afiliación a la Seguridad Social de empleadas de hogar cayó estrepitosamente, debido a que el Gobierno estableció un plazo hasta el 1 de julio para regularizar la situación de las empleadas de hogar. Ha sido a partir de entonces cuando ha aumentado el alta de estas mujeres contratadas, llegando a las 2.235 asistentas afiliadas a la Seguridad Social en la provincia de Albacete a 31 de julio de 2012.
El problema es que desde Cáritas Diocesana no se puede precisar si las cifras son muy buenas, buenas, regulares o malas, ya que es muy difícil calcular los porcentajes de economía sumergida, ya que en la Encuesta de Población Activa (EPA), los hogares que son preguntados si tienen empleada de hogar pueden mentir y decir que no la tienen porque no están dadas de alta o porque tampoco comprender que una mujer que hace tareas domésticas o cuida nińos o ancianos por horas también tiene que ser contratadas en el régimen general de la Seguridad Social.
No obstante, desde Cáritas se calcula que si en toda Espańa hay 661.500 hogares que afirman tener empleada de hogar, pero contratadas hay 372.484 mujeres, Ťesto nos indica que un 40% de las asistentas no están aseguradas, es decir, que cuatro de cada diez todavía no cotizan en la Seguridad Socialť.
En el lado opuesto, en la demanda, también los perfiles y las cantidades han variado con la crisis. Además de subir hasta las 150 el número de mujeres trabajadoras que se ofrece como empleada de hogar, las procedencias se han equiparado hasta el punto de que el 50% de las demandantes son espańolas y el otro 50% inmigrantes.
En la oferta, un total de 71 familias se han acercado hasta el servicio de Cáritas para informarse y asesorarse. La mayoría de estas familias expresa su interés por el cuidado de personas mayores dependientes, prefiriendo a mujeres que puedan trabajan en régimen de internas. En el caso de los menores, Ťse nota la crisis porque los padres buscan otros recursos más económicos o se cambian las horas laborales para poder estar con los nińosť, explica Cristina Galletero. En cuanto a nacionalidades, asegura que a las familias albaceteńas les es indiferente la procedencia de la empleada que, por trabajar ocho horas diarias o 40 semanales, debe percibir un salario mínimo de 641 euros.