En brazos del mal, arropados por el terror

Hace más de un año que, con mayor o menor frecuencia, salen a la luz informaciones, casos e investigaciones en los que los niños se convierten en protagonistas principales , sin pedirlo, desearlo ni quererlo. Que la humanidad está contaminada es algo de lo que nadie duda, pero cada vez que se destapa un sólo caso de pederastia, el golpe sentimental es descomunal. Pasan los meses pero los abusos a la razón no frenan. Sacerdotes, obispos, diáconos y laicos comparten cartel con los más pequeños en una realidad terrorífica. El último, Robert M. , un joven letón de 27 años, que trajo el terror del este a los niños holandeses. Aterrizó en Amsterdam para cumplir sus sueños: casarse con su actual marido y conseguir una vida plena. En su camino a la felicidad se cruzaron dos guarderias y varios trabajos de canguro a domicilio. Ahora, Robert ha sido detenido por abusar de al menos 30 niños y su pareja, por presunta posesión de pornografía infantil. 
Son 30 vidas robadas. Una treintena de niños de entre 0 y 4 años, las victimas. Un monstruo criminal que decidió un día arroparles con un terror que, desde luego, no se merecen y que muchos piden ahora para el letón. Llegó en 2004, y en 2008 ya fue denunciado. La madre de un menor puso a la guardería y a la policía tras su pista, pero nadie la tomó en serio. Ni el centro, ni los gendarmes.  Todo eran, según ambos, “fantasías del niño”. Hoy han descubierto que fueron fantasías del adulto.

Acusado de una treintena,  las autoridades comentan que pueden pasar los 50. El detenido dice que fueron “decenas”. Por temor a posibles represalias, el domicilio del sospechoso está siendo protegido por la policía. Y es que Robert tiene miedo a que los que vengan a visitarlo, pasen de los 4 años…