La oferta de trabajo indica que además de encargarse del servicio de mesa, limpieza de la vajilla y coordinación del equipaje de los invitados, deberá recibir a los invitados que acudan a palacio, entre los que es posible que figuren tanto personajes ilustres como miembros de la realeza europea, por lo que se solicita que entre las aptitudes del candidato esté la excelencia en el servicio y la meticulosidad en los detalles.
Evidentemente, el palacio de Buckingham será su cuartel general, donde ocupará uno de los 148 dormitorios destinados al personal doméstico, pero se sobreentiende que también deberá atender el servicio de otras residencias reales como es el palacio de Holyroodhouse en Edimburgo a donde la reina suele viajar a principios de verano para presidir las garden parties que ofrece en Escocia, el castillo de Balmoral donde pasa sus vacaciones estivales, o Sandringham House donde reside en Semana Santa o durante las navidades hasta el mes de febrero.
Echando la vista atrás, hablar de lacayos nos traslada en el tiempo un par de siglos atrás, cuando durante la Regencia y la época victoriana el servicio doméstico de las grandes mansiones británicas vivió un importante apogeo, tanto por el número de empleados que contrataban, como por la variedad de rangos y funciones de los mismos. ¿Quién no recuerda la mítica serie Upstairs, Dowstairs, o la actual Downton Abbey? Haciendo un rápido repaso al organigrama típico del servicio doméstico, y dejando de lado puestos como el de lavandera, jardinero, portero, mozo de establos, chofer o secretaria, hemos elaborado una lista con los que creemos más representativos.
Servants: A life below stairs. [Foto: bbc.com]
El mayordomo (the butler). Ostentaba el máximo cargo masculino, bajo cuya supervisión y mando estaban todo el resto de empleados. Era el interlocutor con la familia y, como curiosidad, era quien guardaba la llave de la bodega, hecho que constata que era el miembro del servicio de máxima confianza para el dueño de la casa (the master).
El ama de llaves (the housekeeper). Ostentaba el máximo cargo femenino, bajo cuya supervisión y mando estaban todas las doncellas y el personal de la cocina. Era la responsable del control y vigilancia de todas las llaves de la casa, especialmente las de los armarios roperos donde se guardaba la lencería y las de los aparadores donde se guardaba la vaijlla, la cristalería y la cubertería.
La institutriz (the governess). Debido a la función que realizaba, encargándose de la educación y cuidado de los niños de la casa, gozaba de una posición muy destacada respecto al resto del servicio.
El ayuda de cámara (the valet). El sirviente personal del señor de la casa, quien se encargaba del cuidado de su guardarropa y de los utensilios de higiene personal, así como de ayudarle a vestir.
La doncella personal (the ladie's maid). Era la doncella personal de la señora de la casa. Además de cuidarse de su guardarropa, le ayudaba a vestirse y la peinaba. Recordemos la costumbre de "cambiarse para cenar".
El lacayo (the footman). La palabra deriva de la que se usaba con anterioridad para nombrar a los criados que solían acompañaban a sus amos en sus desplazamientos, ya fuese a pie o subidos en la parte exterior del coche de caballos. En la época victoriana se les dio a los sirvientes que, bajo las órdenes del mayordomo, se encargaban de lustrar la plata, servir y retirar los platos de la mesa, rellenar las copas y permanecer de pie durante las comidas y las reuniones, a la espera de que fuese solicitado su servicio. Su presencia en una casa era un símbolo de estatus, y aunque realizaban una labor menos importante que el mayordomo, la doncella o la cocinera, su presencia daba mayor relevancia a la casa en la que servían, por lo que eran imprescindibles en las grandes mansiones de la alta aristocracia. De hecho, más que un empleo funcional era un puesto para ser lucido, de ahí que los lacayos siempre fuesen hombres altos y bien parecidos. En la actualidad ya es un empleo que ha pasado a la historia, a excepción de los que todavía sirven en las casas reales.
La doncella (the maid). Se encargaban de limpiar y ordenar la casa, y durante las comidas ayudaban al mayordomo y a los lacayos como soporte al servicio de la mesa.
La cocinera (the cook). Era la máxima autoridad en la cocina y quien guardaba la llave de la alacena. Se encargaba de preparar todas las comidas de la casa y el cátering de las fiestas y los eventos que se pudiesen ofrecer en la mansión. Bajo su mando estaban las auxiliares de cocina.
El mozo (the hallboy). Era el sirviente masculino de menor rango y quien realizaba las tareas más modestas, que no requerían de conocimientos específicos. Se encargaba de encender las luces de la casa cuando todavía no existía la luz eléctrica y lustraba los zapatos a modo de limpiabotas. También era el “chico de los recados”.
La limpiadora (the scullery maid). Era quien tenía el rango inferior dentro del grupo de sirvientes femeninas, y se solía encargar de ayudar a la cocinera como “pela patatas” o limpiando los utensilios de la cocina y los suelos.
(Nota: Si quereis más información al respecto os recomiendo una visita al blog Sociedad Victoriana.)
De la época victoriana también data la implantación de los uniformes del servicio, costumbre establecida con la finalidad de definir la identidad de cada rango a través de la uniformidad en el vestir. Antes del siglo XIX los sirvientes solían vestir de manera libre.
Aunque los sirvientes siempre han ocupado un segundo o tercer plano, a lo largo de la historia ha habido algunos que se han hecho con un nombre propio. Como ejemplo citaremos a Abdul Karim, conocido con el sobrenombre de The Munshi, musulmán de origen hindú que sirvió a la reina Victoria del Reino Unido a lo largo de los quince años finales de su reinado, y que se ganó un especial afecto por parte de la soberana, condecorándolo con la Orden del Imperio de la India (CIE) y la Real Orden Victoriana (CVO). Otro caso, al otro lado del Atlántico, es el de Eugene Allen, camarero y mayordomo que trabajó a lo largo de 34 años en la Casa Blanca y que cuya biografía inspiró la película The Butler estrenada en 2013.
[Foto: Wikipedia]
[Foto: Wikipedia]
Volviendo al tema del actual servicio doméstico de la Casa Real Británica y sus ofertas laborales, se dice que entrar a trabajar en Buckingham, aunque sea por un mal salario, te da unas referencias curriculares que te pueden llegar a aportar hasta 100.000 libras al año en el sector privado. ¡Es para pensárselo!
Para saber más:
Royal Household Jobs
The Queen places an ad for a trainee butler for Buckingham Palace
Mrs Beeton's Book of Household Management