La sala de torturas, digo el gimnasio lo abren a las 9.30 de la mañana, yo estaba a las 9.31 de la mañana así que por tiempo no ha sido.
El recinto olía a cerrado de toda la noche. Estoy yo solita ahí a la espera de mis amigas. He empezado mi tormento, digo rutina.
La bici, venga Dolega que apenas estas empezando. Ahí, oído avizor todo el rato.
Jo pues no viene nadie. A lo mejor es que has venido pronto. No, el otro día era esta hora más ó menos. Venga que ya solo te quedan diez minutos.
Anda que si no aparecen….menudo palo. Bueno siempre puedo ir a la iglesia.
-¿Padre, conoce usted a una chiquita que parece que se va a casar aquí dentro de poco?
-Hija, tengo varias novias para este mes, como no me des más pistas…
-Una que quiere poner la salve rociera en una mini cadena ¿La conoce?
-¿Y tú para que quieres saber si la conozco?
-Pues es que es para ponerme en contacto con ella Padre, que es que se ha dejado un montón de invitados fuera de la lista de bodas, además soy de la empresa de la tarta, “Tartas nupciales en 3D, tus invitados no necesitarán gafas para comérsela”.
Creo que no iba a colar. Pero bueno Dolega, no te angusties que seguro que aparecen.
¡Huy! Que tonta, se me ha olvidado poner los pesos en las máquinas…si es que esta memoria mía.
- ¡Hija pareces boba! Eso es como hacerse trampas en un solitario.
-¡Déjame en paz! El maldito Pepito grillo de los huevos, que menudo verano me lleváis dado.
Pues a la peluquería, eso a la pelu.
-Oye perdona, ¿aquí hacéis las ingles japonesas? Es que me lo ha comentado una conocida, si mujer esta chica que se va a casar dentro de poco…¡La novia de Andrés! Es que no me sale en nombre ahora, ¡jolín cómo se llama!
-¿Las ingles queeee? Aquí solo hacemos la cera ehhh.
Seguro que sería así.
Oye que el tiempo pasa y que aquí no aparece ni Dios. Bueno así oigo la musiquita bien, bien. Ocho, nueve, diez. ¡A otra máquina!
-Son doce, doce. Que te estás fumando dos de cada aparato.
-Mira grillo mugroso, yo hace más de dos años que no fumo así que difícilmente me puedo estar fumando nada.
¡Ya está! El carnicero. Me presento en la carnicería y así a lo tonto pues oye …
-Dame unos filetes, que salgan jugosos para vuelta y vuelta ¡Pero que no tengan tocino ehhh! Que a nosotros no nos pasa lo que a Andrés que le encanta el tocino. Que por cierto, este Andrés ¿Sabes si es del pueblo de toda la vida ó es de los llegados de Madrid al cabo de los años?
-Pues no sé, porque Andreses en el pueblo hay unos cuantos, como cuarenta ó cincuenta que yo conozca.
-¡Coño! Pues sí que es un nombre corriente en el pueblo. Es que no me acuerdo de su apellido, ellos deben de ser varios hermanos, creo. ¡Mira yo conozco a la hermana! Va conmigo al gimnasio del polideportivo pero es que no me sé su nombre y ¡Además se va a casar dentro de poco! Estaban pensando ir al Caribe de luna de miel, porque no ha montado nunca en avión y le hace ilusión.
-Ufff pues ni idea, porque aquí que les guste el tocino, que quiere que le diga señora, a casi todos y todo el que se casa se va al Caribe así que…
Seguro que sería así porque este chico de la carnicería es así. Oye que aquí no viene nadie.
¡Qué asco de pelotas!
- ¡Ten cuidado Dolega que cada vez que te bajas de la cinta esta te mareas y cualquier día pierdes los dientes contra el manillar de la bicicleta!
-¡Ya lo sé! Que pesado… ¿Cuánto vive un grillo? Yo nunca entendí lo de este grillo en particular…en fin.
Hala ya he terminado el tour de demostración de los aparatos y sigo sola. Pues nada, me marcho.
¡¡¡¡Que decepción!!!!
-¡¡Pero dónde vas, que te falta estirar!!
-Ahhh. Cierto. Una pierna, otra pierna, los hombros, el cuello, la columna, las neuronas…¡YA!
¿Joder y cómo me entero yo de por dónde andas estas dos? ¡Dios, los lectores me linchan!