Revista Cultura y Ocio

En busca de la verdad

Por Julio Alejandre @JAC_alejandre

En el confín del continente, recluidos en una faja de territorio abrupto y árido, entre las montañas y el desierto, habitan dos pueblos de origen desconocido, los zagríes y los haruth. Según la tradición oral, los primeros, de carácter más sedentario, son honestos, serios y de una sinceridad contrastada; a los otros, sin embargo, errabundos y bohemios, se los conoce por ser liantes, burladores y faltar siempre a la verdad.
Se cuenta que una antropóloga, infatigable investigadora de culturas ancestrales, recorría aquellos parajes olvidados para desentrañar el por qué de la legendaria dicotomía. Viajaba sola y se extravió entre las anfractuosidades de los valles y los cañones. En su deambular sin norte, a punto de sucumbir, la halló un nativo que le prometió sacarla de allí. La mujer le preguntó a qué pueblo pertenecía, si a los zagríes o a los haruth, y el hombre le contestó que era un honrado zagrí. Como no tenía alternativa, la etnógrafa confió en él, lo siguió y pudo salvarse y volver a su tierra, sin llegar a descubrir el secreto que buscaba.
Hasta aquí, todo puede parecer razonable. Pero años más tarde, una partida de cazadores se internó en la región. Iban en busca de leones de melena gris, una especie de la que no quedan ejemplares, y durante semanas recorrieron el territorio visitando los lugares más salvajes, sin, evidentemente, encontrarlos. Una noche se presentó en su campamento un hombre con el que compartieron el yantar y trabaron animada conversación. Antes de marcharse, uno de ellos le preguntó por el pueblo al que pertenecía, y el nativo respondió que a los haruth.
­Cuando se hubo marchado, el guía de la expedición se mantuvo concentrado y silencioso durante unos momentos y finalmente comentó que aquel hombre mentía.
–¿Por qué?, le preguntaron.
–Porque los haruth no existen, los borró su propio leyenda.


Volver a la Portada de Logo Paperblog