Originalmente publicado en Pensando en alto:
Me había propuesto salir de mañana para visitar la lonja o las pescaderías en el mercado.Estando en los fiordos, en esta parte del océano atlánticos, en un pueblo con tanta tradición marinera, y viniendo de aquella otra parte del atlántico en donde muchos de mis amigos son pescadores, merecía dedicar mi atención al pescado.
Juan el amigo de Huelva que con tanta paciencia e interés nos enseñó Tromson nos había hablado de que en una plaza junto al puerto se vendía el pescado que llegaba como si fuese la lonja.
Allí que me fui de par de mañana. Serían las nueve cuando coincidí con un amago de amanecer, preciosas luces, instantes mágicos. Entre quedarme ensimismada y hacer alguna foto, eran más de las 9,30 cuando llegue a la plaza y allí no pasaba nada.
Un hombre muy sonriente me miraba, parece que el trípode, la mochila y los mil colgajos que llevaba...