Diarios de motocicleta. El 29 de diciembre de 1951, Ernesto Guevara y Alberto Granado iniciaron desde Córdoba un viaje por Sudamérica en una moto a la que llamaron "La poderosa II". Pasaron por Buenos Aires, la costa atlántica, Bahía Blanca, Choele Cchoel, Piedra del Águila, San Martín de los Andes y Bariloche.
Luego cruzaron la cordillera de los Andes hasta el sur de Chile y desde allí se dirigieron a Santiago donde debieron abandonar la moto.
En barco , a pie y a dedo conocieron distintas ciudades de Chile, Bolivia y Perú. En Lima se relacionaron con el médico Hugo Pesce, especialista en lepra y dirigente del partido comunista peruano.
Por su intermedio viajaron al leprosario San Pablo, a orillas del río Amazonas y luego en la balsa "Mambo tango" navegaron hasta la localidad de Leticia, en la frontera colombiana, donde trabajaron como entrenadores de fútbol.
De allí fueron a Bogotá y luego a Caracas, Venezuela, donde Granados consiguió empleo en un leprosario. Guevara decidió entonces regresar a Buenos Aires vía Miami para terminar sus estudios de medicina.
Parte de esta historia se la puede ver en la película "Diarios de motocicleta".
En la Patagonia argentina. A principios de 1952 Ernesto Guevara y su compañero de viaje Alberto Granado llegaron hambrientos y cansados en su moto a San Marín de los Andes, provincia de Neuquén, en la Patagonia. Argentina.
El intendente del Parque Nacional Lanín les brindó alojamiento en un galpón destinado a guardar el pasto para los animales. En el lugar conocido como "La Pastera" encontraron casa y comida gracias a la generosidad de los trabajadores del Parque, en particular, del sereno don Pedro Olate que los agasajó con un asado.
Alberto Granados cuenta en "Con el Che por Sudamérica": "El jueves 31 nos alojamos en un galón de Parques Nacionales en San Martín de los Andes. Conocimos al intendente, que es muy gaucho y muy preocupado por la conservación de la flora y la fauna... Dormimos allí. Al amanecer con una mochila de víveres salimos a conocer el Lago Lácar..."
Ernesto escribe a su madre: "Querida vieja... Después de eso en medio de mil dificultades que salvamos con nuestra acostumbrada pericia, llegamos a San Marín de los Andes, es un lugar precioso, en medio de bosques vírgenes con un lago lindísimo; hay que verlo porque vale la pena... Un cariñoso abrazo de tu hijo que te ama"
Tras varios días de recorrer la zona, reiniciaron el viaje con desino a Bariloche.
El museo de la Pastera. En pleno centro, el el galpón donde se alojaron durante cuatro noches fue creado el museo por la ATE, Asociación Trabajadores del Estado. Tiene una historia gráfica bastante completa y un lugar donde se pueden observar videos sobre su vida. Fardos de pastos distribuidos en el galpón ambientan lo que fue en aquellos años.
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