Como las desgracias, en Cádiz, la lluvia nunca viene sola, la acompaña el viento en cualquiera de sus modalidades, lo que hace que la utilización de los paraguas aquí, como otras tantas cosas, haya un arte especial para utilizarlos. Hagamos un repaso.
Primera modalidad:
Paraguas sujetó a dos manos, es la más practicada. Con una mano se coge con fuerza la empuñadura, con la otra mano se mantiene lo más próximo a la cabeza, eso si siempre orientado en contra del viento. Te sigues mojando, pero así el paraguas no sale volando.
Segunda modalidad:
Es una variante de la primera, pero cuando van dos personas. Mientras una de ellas pone en práctica la primera modalidad, la otra utiliza un mano para sujetar también el paraguas, y de paso abraza por el hombro a su pareja.
Tercera modalidad:
La podríamos denominar la del paraguas sombrero, se trata de sin abrir, o mejor dicho, un poquito abierto, se pone encima la cabeza. Te mojas igual, pero te crees que no, además queda un pelin raro.
La última modalidad:
Paraguas bastón, se trata de no abrir, te mojas, es verdad, pero queda aristocrático de bastón
Bueno, al final, por mucho que te esfuerces el paraguas acaba normalmente....