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En contra de los aviones

Publicado el 11 junio 2011 por Lacoleccionistadeespejos
En contra de los avionesEn contra de los aviones...
Juan Murillo
Y nos encontramos con que nuestra época produce una multitud de
individuos cuya existencia
--sin que ellos mismos lo hayan pensado-- pertenece a la picaresca.
Hombres nacidos en épocas difíciles, huérfanos de oficio a profesión,
que hallan el modo de remontar la corriente adversa,
entregándose a las actividades más pintorescas.
Alejo Carpentier, Hacia una moderna picaresca (1956)
Nota 1:
Al igual que Anne, Migue, y Graice por sobre todos los demás miembros de La Coleccionista de Espejos blogspot.com., y la misma Del porque esta vez, no cambió de tema cuando le preguntaron al respecto los de las universidades norteamericanas, pienso que este autor por la forma en que fueron escritas las notas que le envió a sus personales, por con el asunto de los Premios Nacionales es racista, y como ella también pienso que no vale la pena perder tiempo con propuestas anticuadas, sin embargo, este libro es un buen insumo para: a) nunca más volver a ocuparnos de estos seres y 2) hacerlo que sabemos mejor hacer, valga la redundancia: Crítica Literaria…
Nota 2

Empezando por el hecho de que el editor/a cualquiera que este sea no es el llamado a hacer referencias sobre la ubiquidad genérica de ningún libro; este libro no justifica el termino de realismo sucio porque si lo fuera, entonces seria igual al LABERINTO DE VERDUGO; y entonces estaríamos hablando de que la calidad depende del autor que, buena o mala, va de acuerdo a la evolución del creador. Eso es lo bueno. Lo malo es que la estructura de construcción del mismo, legitima el que al menos yo, Anne, tenga claro que además de que espero la demanda por DAÑOS Y PERJUICIOS, con que este autor nos amenazó a Del y a mi cuando no pudo no dar respuesta a nuestras interrogantes generadas por sus constantes ataques contra ella, si hay mucho de RACISMO y parafraseando a Rey David; quién lo defendió en su oportunidad: si se mete a jugar que sepa cuáles son las reglas, y que no se cambian a voluntad de nadie: esto es solo critica literaria.

Sobre el Realismo Sucio
Antes de entrar en materia, pongamos sobre la mesa que el termino Realismo es el nombre que se da a una posición adoptada en la teoría del conocimiento o en la metafísica. En ambos casos, el realismo no se opone al nominalismo, sino al idealismo". El realismo a su vez concede un lugar a la duda en la vida intelectual, pero considera la vida universal como la muerte de la inteligencia. Para el realismo el espíritu humano puede conocer al ser "en sí", y la verdad no es otra cosa, que la conformidad del juicio con la realidad. GONZÁLEZ ÁLVAREZ, Ángel. Manual de Historia de la Filosofía. 3 ed. Madrid: Gredos, 1992. 620 p._. Tratado de metafísica. Madrid: Gredos, 1986. 550 p. En lo particular, pienso que el planteamiento correcto es el realismo aristotélico, es un realismo natural; conocimiento que se puede entender como una reproducción de la realidad; pues para Aristóteles la inteligencia del hombre está dotada de una capacidad grande, de llegar hasta las cosas y obtener de ella los contenidos del conocimiento y ello, porque es una de las disciplinas filosóficas que más conservan su esencia en cuanto al planteamiento del conocimiento, una de las que menos se ha vulgarizado y continúa perteneciendo al plano intelectual. Para saberse realista existe la necesidad de indagar, cuestionar e investigar el sistema filosófico como tal, difícilmente se llega a ser realista por accidente.
Otra cosa a tomar en cuenta, es que el realismo despoja de toda interpretación u opinión, cosa que podría afirmarse el hombre de hoy está lejos de serlo, porque especula , se apersona de planteamientos y da con carácter de mucha certeza visiones que pueden responder solamente a impresiones más que nunca.
Del realismo se desprende la subjetividad concebida, como la manera neutral de mostrar la verdad, y que para muchos otros sistemas filosóficos no responde más que a una utopía, porque con el avance de los medios de comunicación la hominización del mundo, de la ciencia y de la sociedad la vida aparece cada vez más fragmentada, las cosas que ayer eran reales para unos, hoy aparecen viables de otra manera en otra cultura distinta. Por ello, durante mucho tiempo el realismo ha podido ser columna del conocimiento en tanto que, sin permitir la interpretación sostiene principios y postulados que habiendo sido suficientemente argumentados sostienen. La ventaja está en que el conocimiento no depende del ir y venir del tiempo y de la psicología humana, sino que se ancla en verdades universales, la desventaja se encuentra en que al parecer ortodoxa no permite un proceso ágil de conocimiento. Filosóficamente el realismo también fundamentado hipotéticamente convence mucho a la actualidad, pero en el sentido práctico ha perdido fuerza y ha pasado a ser un ideal de conocimiento. Hoy el hombre se inclina más por visiones que le permitan mayor apertura, menos academicismo y más pragmatismo, ocasionando pérdida del realismo que ha hecho que el conocimiento sea condicionado por la cultura y el folklore y se pase al relativismo; para mi, ahí es dónde está sustentado este libro.
Sobre el libro:

En contra de los aviones; por cierto un titulo nada afortunado en mi parecer que, partiendo de la nota de referencia de edición, lo que ya de por sí dice mucho, porque induce a la creencia, a lo mejor equivocada de que estamos evaluando un texto escrito o, trasladado del idioma ingles como una referencia a un evento de gran formato que deseamos significar por una razón en particular. La traducción literal seria: Firing at the planes; podrá intentar amañar a otros, pero el RS., utiliza con frecuencia este tipo de reconocimiento, pero lo hace desde la base de otro tipo de condicionamiento, en el que el juego, la inmanencia, recurrencia, uso de las estructuras creativas permiten necesariamente es la lógica obtención de un texto consecuente con el autor…

Sobre el Realismo Sucio:
Quedemos claro en que El Realismo Sucio, o el llamado Dark romanticism, Black romanticism, es un subgénero literario estadounidense surgido en el siglo XIX a partir del movimiento filosófico denominado trascendentalismo que, aunque no comulgaban con sus ideas a grandes rasgos manifiesta mucho de la certidumbre negativa de aquél acerca de la condición humana, la naturaleza y la divinidad; cuyos autores más representativos son: Edgar Allan Poe,(Ligeia, La caída de la cas Usher y poemas como El cuervo y Ulalume), Nathaniel Hawthorne: (El velo negro del predicador, La marca de nacimiento), el que podríamos considerar más fuerte en su uso Herman Melville; aunque los que en verdad son la base y el fundamento de este tipo de escritura a nivel norteamericano y mundial son William Faulkner, Franz Kafka, James Augustine Aloysius Joyce, quienes dan pie de origen y alimento a Flannery O´Connor, Carson Mc Cullers, y Eodora Welty. A veces se ha incluido a Mark Twain, pero su gusto sardónico por la materia lo ha protegido de semejante ventura. A nivel latinoamericano se incluyen autores como Asturias, Fernando Vallejo Rendón, Roberto Bolaño Ávalos.
Fue Juan Pablo II, Carta Apostólica FIDES ET RATIO quién dijo que: Mientras los animales inferiores están en el mundo, el hombre trata de entenderlo sobre la base de su inteligencia imperfecta pero perfectible del mundo, el hombre intenta enseñorearse de él para hacerlo más confortable…
Por ello es que a lo largo de la historia del pensamiento humano tanto en oriente como en occidente se ha construido un camino que ha llevado a la humanidad a encontrarse progresivamente con la verdad y confortarse con ella. Este camino se ha desarrollado dentro del horizonte de la autoconciencia personal: "El hombre cuanto más conoce la realidad y el mundo y más se conoce a sí mismo en su unicidad, le resulta más urgente el interrogante sobre el sentido de las cosas y sobre su propia existencia". Este es el objetivo que deseamos conseguir con la elaboración de ésta critica: suscitar y despertar en los lectores el conocimiento del mundo, de la realidad y de sí mismos; partiendo desde el origen de las primeras corrientes como el pragmatismo, el estructuralismo, psicologismo y bilogismo entre otras, que son la base de El Realismo Sucio, dentro del que pretende insertarse este autor.
Sobre el libro:

Mejor escrito que Algunos se hacían dioses, del que quince años después de haber sido publicado se encuentran ejemplares en demasía como para comparar, pues igual que sus otras publicaciones se mueve tanto como una carrera de lapidas en un cementerio a medio día, en primeras he dejar en claro que el autor aquí demuestra evolución, buen dominio de la palabra y un cierto talento; pero las historias que nos cuenta, amen de que pretenden sin mucho éxito reducir al máximo la narración para presentar un texto minimalista, uno de los requisitos del Realismo Sucio, sin ninguna apuesta arriesgada, de altas cuotas de absurdo irracional, hedonismo y profundidad dionisíaca, en que, de acuerdo con Jaspers "vivir de acuerdo a lo que se profesa” es lo menos que se hace. Lo que puedo destacar de los cuentos es la honestidad a la hora de cuentear desenfadadamente del yo cuyos avatares, tímidamente puestos en las palestra son alter egos que no pretenden en lo más mínimo separar la ficción de la cotidianidad. Pese a que tengo una serie de diferencias tautológicas con la manera de pensar del autor de El Laberinto del Verdugo, he de reconocer que en eso él, ¿Méndez Limbrick?, sigue una línea de trabajo consolidada en la visión de una línea de creación fiel a su argumento y tema, secuencia que va de acuerdo a un argumento critico previamente elaborado desde un mundo oscuro cuyo personaje principal tiene la capacidad de ser parte y jurado en cuanto al conocimiento nominal del tema de la denuncia del que él mismo investiga que al mismo tiempo que desenmascara un secreto a voces: el misterio siempre va ser resuelto por medio del conocimiento interior de las palabras, con pocos logros y ejecuciones, la pregunta aquí es: ¿Qué plantea en concreto el autor de Por que tirarle a los aviones si las claves sugeridas, los cuentos, no transcienden la paradoja de lo normal y en el que el contexto compartido con el lector prescinde, no, excede, situaciones imaginarias de imitación de grandes historias centradas en la simple y sucia realidad cotidiana que nos rodea, sin ningún aporte nuevo, tan solo vidas mediocres, sucias y grises, cuyos protagonistas jamás se identificarían con él autores como Raymond Carver, Charles Bukowski, Chuk Palahniuk, Fante o Richard Ford, y en especial Vallejo por su aspecto realista, pero que si son capaces de sumergirnos en una profunda tristeza sin razón aparente?

Sobre el Realismo Sucio:
En esta corriente de ideas, la misión del RS es entre muchas otras contraponer un cambio en las estructuras intelectuales carcomidas por los conceptos tradicionales y por ello supuso una ruptura con el Romanticismo, tanto en los aspectos ideológicos como en los formales, en la que los escritores dejaron de centrarse en sí mismos y pusieron su interés en la sociedad, observando y describiendo objetivamente los problemas sociales, y para ello se valieron de la novela, la mayoría de las veces, porque también habría que agregar aquí la poesía y el cuento. Expresiones que prefirieron un estilo más sencillo, sobrio y preciso, en el que adquirió relevancia la reproducción del habla coloquial especialmente en los diálogos, es decir, adoptando los niveles de lenguaje adecuados a los personajes, que representaban todos los estratos sociales. Importante también preponderar que se halla inscrito en un movimiento más amplio que afecta también a las artes plásticas, la fotografía, (a partir del siglo XIX), y a la filosofía en todos sus rangos: positivismo, darwinismo, marxismo, etc., cuya estética, fascinada por los avances de la ciencia, intenta casi siempre hacer de la literatura un documento que pueda servir de testimonio de la sociedad de su época. Por ello describe todo lo cotidiano y prefiere los personajes comunes y corrientes, basados en individuos reales de los que toma nota a través de cuadernos de observación, que no son otra cosa que los personajes extravagantes o insólitos, típicos del Romanticismo; pues a la vez propugna una ética moral fundamentada en la objetividad y el materialismo filosófico que, en los últimos tiempos la crítica literaria ha venido utilizando, aunque ya existía desde las décadas en que se estudiaba la relación de Józef Teodor Konrad Korzeniowski, mas conocido como Joseph Conrad, nombre que adoptó al nacionalizarse británico, y Liam O’Flaherty, con este tipo de comportamiento literario. Conocido es, de todas maneras que personajes tan singulares como Fyodor Dostoyesvsky, o Ayn Rand, se describan como realistas, románticos.
Sobre el libro:
Haciendo un translape del titulo del español al ingles: porque tirarle a los aviones, because firing at the planes, parece un sinsentido que podría ser calificada como realismo sucio, o como minimalista. Sin riesgo, poco consecuente con la manera de pensar de la fisonomía de realismo sucio, traslada al lector con símiles sencillos, escenas de cotidianidad, a un mundo pipi, con un uso del lenguaje muy directo y llano, es verdad, bien escogida la palabrería pero cuyos diálogos son insuficientes para sobrellevar la carga semantica. En ese punto es igual a los diálogos del Laberinto del Verdugo, para mi, la falla más grande del libro, un exceso de narralogia en ambos que no toma en cuenta, este, El Verdugo no, la elección de personajes y escenarios: lo más comunes y habituales posibles, siendo la acción de la historia, una sin concesiones o reflexiones morales, y el punto sucio que completa el movimiento, lo da precisamente el la sobresaturación de estados de animo difusos pero que no dicen NADA. Lo vuelvo a decir, El Verdugo tendrá sus fallas pero en eso logra el cometido y sus protagonistas, no son una especie de ANTI HÉROES, una figura fundamental en la literatura norteamericana (pero no de aquí), sino seres perfectamente fáciles de encontrar en cualquier parte, y lo peor, normales, no una producción de personajes ausentes, de los que una apenas se acuerda de ellos porque perdidos en una sociedad desesperada y rutinaria se tornan representantes del fracaso del estilo de vida americano planteado y aplicado a tiquicia, como si eso fuera lo común que, de nuevo, nada tiene que la realidad costarricense, sobre todo desde el punto de vista de que sus representantes del aquí y ahora y de los momentos simples de la vida, buenos y malos, no hacen más que transcurrir pero sin ninguna utilidad vital.
Sobre el Realismo Sucio
Como muchos otros, el Realismo Sucio, es una etiqueta de la que algunos expertos se preguntan a menudo qué aporta al mundo de clichés literarios. En este caso, la duda, mi duda surge por la mención que hace Anne al comparar lo que escribe el autor con Minimalismo, evento que se da por error del mismo autor; y es curioso que un critico literario que se supone debería conocer esos apostolados no haga diferencia entre El Minimalismo que está presente en la generación perdida que popularizó Hemingway o Henry Miller, y las premisas del Realismo Sucio cuya solo intención es reducir a la mínima expresión todos los recursos para dar un mayor espacio de comunicación entre lectura y lector, y se conforme con hacer una traducción literal del ingles a un titulo nada apetecible; y menos que no se detenga a pensar que entre una cosa y otra existen diferencias: en primer lugar los DARK ROMANTICISM confían muy poco en la perfección como una cualidad innata del ser humano, idea clave de los trascendentalistas. Como consecuencia, sus personajes son propensos al pecado, todos los conocidos por los hombres y más allá, y a la auto-destrucción, ya que no poseen inherentemente ni la gracia divina ni la sabiduría para entender lo que hacen; cosa que G. R. Thompson denomina divinidad inmanente, que los del realismo Sucio adoptan mediante imágenes del mal antropomorfizado en forma de demonios, vampiros, fantasmas, o monstruos. En segundo lugar, aunque ambos grupos sostienen que la naturaleza es una fuerza profundamente espiritual, el romanticismo oscuro la contempla bajo una luz siniestra, al contrario que el trascendentalismo, que ve en la naturaleza una especie de mediador orgánico y universal con la divinidad, ellos solo ven degradación y muerte, pues para ellos el mundo natural es sombrío, decadente y misterioso, y sus revelaciones son para el hombre nominal de son de carácter maligno o infernal. Finalmente, mientras que los trascendentalitas abogan por la reforma social en su caso, sus contrarios con frecuencia proponen personajes que fracasan una y otra vez en sus intentos de mejorar sus vidas. Tercero, la tendencia a los cuentos de advertencia sobre los extremos a que pueden llevar al hombre su individualismo y sus relaciones de dependencia. En su trasfondo, siempre, la culpa y el pecado son cualidades inherentes al hombre; porque la ambición ciega del ser humano, su crueldad y el desafío a Dios, son los temas sobre los que la locura, el misterio y el triunfo del mal sobre el bien dejan en claro su trama de ideas: ataraxia; desorden exergónico que lleva siempre al mal.
Thompson resume de la siguiente forma las características del subgénero:
1. La incapacidad del hombre caído por comprender plenamente los inquietantes guiños de un reino sobrenatural que aún parecía no haber llegado; la constante perplejidad ante los fenómenos metafísicos e inexplicables; la propensión a una conducta perversa o inmoral, sin regla ni medida, y un sentido de culpa sin nombre combinado con la sospecha de que el mundo externo no es más que una ilusión de la mente: tales son los elementos principales que opusieron los románticos oscuros a la corriente principal del romanticismo.
Sobre el libro:
Formalmente bien escritos, el recorrido que se hace se marca desde fuera de una exploración omisa y pedestre de la psicología humana, batalla por los sentidos que lidera estados normales de tensión idiosincrática, acentuadas por particularidades previas, en las que el abuso del exceso de imaginación, la enajenante combinación de símiles, rasgo que por cierto comparte con G. Barquero, la ausencia total de una trama o lineamientos ejecutorios desembocan en la ausencia total de un verdadero proceso creativo; particularmente en lo que se refiere a los impulsos, ya sean conscientes o inconscientes, pero de perversidad y autodestrucción ni rastro. Más bien parece una colección de anotaciones de viaje y recuerdos que merodean el maniquiesmo que deja de lado el enfrentar el tratamiento y manejo del lenguaje: demasiado depurado para ser de esta corriente literaria. Pese a que no me gusta la procacidad de Alexander Obando, creo que éste hubiese hecho un mejor trabajo, y es porque es consecuente con lo que escribe. Aquí, como un enano en el supermercado por comodidad no escoge lo mejor sino aquello que tiene y está a su alcance, se sobreentiende por qué: no hay limpieza estética, la calidad, el juego lúdico es incapaz de retratar ambientes y personajes que le hagan a uno sentir un interés por querer terminar el libro de un impulso y no después de rato de darse fuerzas para seguir; cosa que los periódicos sensacionalistas nacionales logran con menos trabajo...
Sobre el Realismo Sucio:
En cuanto a los procedimientos literarios del Realismo, son característicos el abuso de la descripción detallada y minuciosa, con enumeraciones y sustantivos concretos; el uso del párrafo largo y complejo provisto de abundante subordinación, la reproducción casi magnetofónica del habla popular, sin idealizarla, y el uso de un estilo poco caracterizado, un lenguaje "invisible" que exprese personajes, hechos y situaciones objetivamente sin llamar la atención sobre el escritor. Obviamente todo esto ocurre porque el RS, responde a un concepto estético utilizado para designar un estilo artístico que combina elementos propios tanto del romanticismo como del realismo. Aunque tales términos se han utilizado de muy diversas maneras, habitualmente se utilizan como términos opuestos, por lo que su utilización conjunta para designar un estilo es en sí misma una forma de oxímoron o contradicción de términos. En el libro ocurre, un falso realismo que no ejerce su poder sino que alude debilidad; donde el retrato de vida “como podría y debería ser…” bajo sus dos condicionamientos idiomáticas de lengua extranjera, as it could be and should be; Could be", implican realismo como contraste de una mera fantasía mal utilizada, cuya visión moral, patrón de belleza y virtud, se basa en la idea de valores heroicos no manifiestos, poco realistas y racionales, y me hace preguntarme si no será esa la relación con el titulo, obviamente viene del ingles…
Sobre el libro:

¿Qué precio tiene escribir un texto como este? Esta la historia que nace de lo que todos sabemos, y lo que sigue siendo aun después de terminado el libro, (En este caso, casi imposible seguir leyendo), y que solo puede ser visto por el ojo avizor del escritor, esto es lo que llamamos trama, juego de ideas que nos lleva alguna parte: en eso Méndez Limbrick, lleva ventaja, el tema y el argumento siempre van de la mano, en concordancia, en cambio aquí se dan una serie de ideas que no se conectan entre si, haciendo que el binomio fantástico de la creatividad y el ludismo permanezcan en la esquina de un baño lleno de hongos sin hacer nada más que multiplicar las dudas del lector, que finalmente decide descansar abrumado por tanta cosa

Sobre el realismo sucio

Más que categoría crítica, el realismo sucio ha llegado a ser una etiqueta comercial para designar a la generación joven de escritores latinoamericanos como la representó el Boom para los escritores publicados a partir de los años sesenta. Si nos fijamos en Google, nos salen reseñas o noticias de prensa de algunos escritores cubanos, mexicanos y norteamericanos que asocian el término con lo abyecto y lo pornográfico, la violencia, una estética de la "basura," y hasta una tendencia a lo políticamente incorrecto, al machismo y el sexismo. Muchas veces se compara a estos escritores, entre los cuales se cuentan autores tan diversos como Pedro Juan Gutiérrez, Fernando Vallejo, los del Crack mexicano, el grupo de escritores compilado por Alberto Fuguet en la antología MacOndo (1996) y, más recientemente, el colombiano Efraím Medina Reyes, con los norteamericanos Charles Bukowski o Henry Miller, que en los años sesenta se habían presentado con un lenguaje sexual explícito y una estética de la acción que choqueaba en esos momentos mucho más que ahora. El realismo sucio parece ser propio del ámbito americano en general, o por lo menos es allí donde más prosperó, con escritores como Raymond Carver, Richard Ford, Tobías Wolff y otros, que representaban en sus cuentos un ambiente norteamericano, concentrado en la descripción de la vida diaria en áreas rurales o en lugares donde no pasaba mucho (¿Por alguna extraña razón me remito yo solito a Costa Rica?). Se trata de una ficción "dedicada al detalle local, al matiz, a las pequeñas distorsiones en el lenguaje y el gesto" y a la vez de "una ficción que podría ser de cualquier parte: es gente perdida en un mundo lleno de comida junk y de los detalles opresivos del consumismo moderno.Según Buford, no precisamente el sheriff de un condado norteamericano sin mucha educación literaria, existe una falta de acción en los cuentos de los escritores norteamericanos que buscan, en vez de ello, la revelación de un ambiente o de un momento y un lugar histórico. Es lo que Hegel llamó "la prosa del mundo", característica de las ficciones realistas del siglo XIX donde, más que la trama o la vida individual, el detalle aparentemente superfluo y banal evocaba un hic et nunc , la impresión completa de una época o de una sociedad. El otro elemento importante de la definición de Buford es, paradójicamente, el hecho de que a la vez estas historias podrían ser de cualquier parte: describen a gente común y problemas que pertenecen a la condición humana, no tanto a una cultura o a un lugar determinado. Este cuentario es un poco parecido, sobre todo el ultimo cuento a la novela de Pedro Juan Gutiérrez, Carne de perro (2003): personaje que viaja incesantemente, siendo la evocación de un ideal estoico y en el cansancio del protagonista ante preocupaciones que son siempre iguales, se nota el intento de mantenerse lejos de cualquier exceso de emoción y de tomar distancia con respecto a la miseria, siendo nada más que voyeur ser humano. El Black realism de los estadounidenses, tal como lo ha retomado el autor de este libro de cuentos, es un estilo descriptivo y contemplativo que se distancia de -aunque no se opone a- las películas de acción y al consumo fácil de la cultura popular. Pensemos sin embargo, que en Latinoamérica, el "realismo sucio" se identifica generalmente con una estética de la violencia que no por casualidad se presta tanto al cine como al género novelesco. Nada de esto ocurre en Por que Tirarle a los aviones: no tiene una cinematográfica, el estilo se caracteriza por un exceso de violencia en las relaciones entre las personas no explicita; por lo que la violencia, creo, es en este caso índole ancilar. La jerga es muy pulida y dista mucho de ser un lenguaje abyecto del narrador, consiste en una mezcla de la jerigonza popular y de expresiones cultas.

Sobre el libro:
En la representación escrita no hay transgresión visual de la violencia, ni hace mayor referencia a barrios marginales, la gran ciudad es cuestión de la autenticidad emerge con más urgencia, y solo para deshacerse los símiles de los que esta plagada. No hay mayor crueldad, porque las circunstancias en que podría presentarse se confunden con la inmediatez y el compromiso adoptado para sustituir la falta de argumento. Sin embargo, el tono acertado de la narración, por su erudiccion a la hora de escribir hace que la indiferencia de los personajes, hambre-motivo por excelencia de la picaresca-, que no les deja energía para otra preocupación, es la marca de la fidelidad del texto hacia sus modelos reales. Esta concentración en las necesidades y en los deseos inmediatos y privados de la gente de clase baja aparece de muchas formas en las narrativas del realismo sucio. Tenemos una vertiente un tanto frívola del tratamiento general del tema, si es que lo hay, y a diferencia de los de El Verdugo ni los protagonistas ni los narradores parecen tener idea ni interés en juicios o soluciones más generales y los conflictos son precariamente existen puesto que viven de la utopía, en un tiempo del eterno presente o del olvido feliz, donde ni el pasado ni el futuro interesan.
Sobre el Realismo Sucio

Las narrativas del realismo sucio tienen generalmente un punto de partida tajante que aparece bajo diferentes formas, pero fundamentalmente repite una misma estructura. Se podría describir como el silencio después de una catástrofe, o en todo caso, el de la vida llana y mala inmediatamente después de un evento decisivo. Este momento, tal vez, sea más latino que americano, más perteneciente a la tradición de la picaresca que a la del testimonio, pero también muestra una afinidad especial con las películas del estilo neorrealista italiano, como El ladrón de bicicletas (1949) de Vittorio de Sica o Los olvidados (1950) de Luis Buñuel, ambas producidas en los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. Pero, ¿aquí cuál es el momento definitorio? En el otro libro del que habla Anne, es probablemente el antecedente de la edad, o una búsqueda generacional que se da mediante la observación, pero en este no sé a que apuntan los aviones. Inspirada por el modelo picaresco es también la ausencia de genealogía de los protagonistas. Esta ausencia de los padres y de la familia toma a veces el lugar de la catástrofe decisiva mencionada antes: en el centro de la historia se encuentran adolescentes que o acaban de perder a sus padres o nunca los conocieron, que son desarraigados y quieren borrar lo que les acaba de pasar, incapaces de construirse una nueva vida desde la nada. En todo caso, los protagonistas de las narrativas del realismo sucio viven muchas veces en un ambiente marcado por una mentalidad de guerra, donde las emociones y las reacciones violentas se muestran al blanco vivo; pues son es su mayoría, trabajos de siempre adolescentes que no logran insertarse en la sociedad que, representan, en cierto modo, la lucha de la juventud por imponerse sobre la generación precedente, un conflicto de poder entre los que ya están y los que todavía no han logrado nada, como dice Patricia Spacks sobre el motivo de la adolescencia en el género novelesco..

Sobre el libro:

Solo por una razón en la vida pude pensar en dar una lectura al texto: quería saber e mundo en que vive mi hija, sobrinas y sus amigos cuando quieren entrar en contacto con altas dosis de urbanidad, desasosiego y la suma de interrelaciones que marcan el camino de amplios terrenos donde la vida se libra entre caos, muerte y locura; porque eso es lo que nos recetan últimamente con cuanto libro encuentra uno por ahí… No es de extrañar entonces que para ellos resulte en extremo atractivo, un nicho capaz de acaparar atención, este tampoco se libra de aquellas pretenciosas y depravadas sanguijuelas que buscan lucrar y hacer de la espontánea y cínica humildad una producción en serie. En fin volviendo al tema. Prosa sucinta, estructura de dramas baratos que pese a seguir los preceptos del buen Hemingway, que enfático invitaba a desconfiar de los adjetivos, por tanto resulta a ratos minimalista y cruda con una clara herencia beatnik, elementos que le restan contundencia en lo absoluto y hacen capaz al texto de revelar grandes cuotas de hipocresía que nuestras sociedades procuran enmascarar; … en cualquier caso, no me referiré en profundo, porque me aburri después del tercer cuento, y solo son siete, y me puse a pensar en los pobres ejercicios de ego y ensalzamiento de su mísera retórica, apelando desde luego a lo más básico y superficial que pueden captar de estas formas artísticas, donde lo sexual, la violencia, la imprecación gratuita, de la que Del fue victima con este autor, desprenden de mi memoria la sobrada preocupación porque estos modelos, al final de cuenta tan solo moda sutil por no decir idiota, no hacen más que empobrecer las fuentes de referencia y al género. Sólo me queda recalcar sin dar nombres, pues todos sabemos quienes son los malamente llamados enfants terribles, que los parásitos literarios surgen con la pretensión de destronar a sus antecesores sin acercarse o remotamente hacerles sombra. Y para refrescar un poco la memoria de los tradicionalistas que no hallan mejor cosa que descargar su ira en contra de los iniciadores, me atrevo a recordarles las hordas legionarias de Marquesitos y Borgeanitos que pululan por la atmósfera.

Nos queda decir finalmente que la filosofía no está para transformar el mundo como ya lo dijo Marx, sino para interpretarlo.
Para La Coleccionista de Espejos:
Anne Kellerman Miranda, menos nueve espejos desbaratados y en una bolsa de plástico negro, pa’que no me alcance la mala vibra para este trabajo
Caleb Aguilar F., ya que se trata de completar números cabalísticos de buena suerte yo le agrego tres en positivo para que se cumplan tus expectativas, Anne…

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