Revista Cuba

En Cuba un cementerio asiste a su propio entierro

Publicado el 15 junio 2017 por Yusnaby Pérez @yusnaby
En Cuba un cementerio asiste a su propio entierro

Pudiera parecer una redundancia que un cementerio asista a su propio sepelio, pero nada debe extrañarnos cuando las noticias proceden de Cuba.

La confirmación llega desde Cienfuegos y su emblemática necrópolis de Reina, considerada por el Fondo Mundial de Monumentos entre los cien sitios del patrimonio universal en peligro de desaparecer.

El panorama es más que elocuente: los ángeles de algunos sepulcros ya no tienen cabezas ni alas y descendieron al suelo con el tiempo y los vientos huracanados; las rejas se oxidaron con el paso de los años; los muros con nichos verticales —únicos de su tipo en Cuba y que datan del siglo XIX— amenazan con desplomarse; la cerca perimetral no se resiste a la gravedad; se inundan las tumbas; y ni hablar de cómo mármoles y bronces han sido víctimas del vandalismo.

En Cuba un cementerio asiste a su propio entierro

«Los trabajos de restauración comenzaron en 2011 y ha habido tiempo suficiente para haberlos terminado», reconoce Saturnino Rivera González, subdirector de Inversiones de la Dirección Municipal de Servicios Comunales, destaca el periódico oficialista Juventud Rebelde.

La inestabilidad de la fuerza laboral, que debió ser de la Agrupación de Restauración y Pintura de la Empresa de Mantenimiento y Construcción del Poder Popular, es una de la principales causas del desastre. Ellos priorizan otras obras y mueven a los trabajadores por lo que lo patrimonial no es prioridad.

En Cuba un cementerio asiste a su propio entierro

Incluido en el listado 1998-1999 del Fondo Mundial de Monumentos entre los cien sitios del patrimonio universal en peligro de desaparecer, el cementerio de Reina resalta por su estilo neoclásico, sus finos trabajos de herrería, sus preciosas esculturas y bóvedas construidas de mármol de Carrara, lápidas con bajorrelieves de hierro fundido o pizarra y su sistema de enterramiento en nichos verticales de tres pisos.

Desde que fueron clausurados los nichos en 1900 y unas décadas más tarde se convirtió el cementerio Tomás Acea en la necrópolis principal de la ciudad, el de Reina quedó en segundo plano, pero aún así allí todavía se efectúan enterramientos.

En Cuba un cementerio asiste a su propio entierro

Si bien no se pueden utilizar materiales originales para su restauración, existen variantes capaces de semejarlos. Otras alternativas, como las visitas guiadas a visitantes cubanos y extranjeros —estos últimos con gran afluencia al lugar— podrían ser formas de recaudar fondos para invertir en el camposanto. Son solo ideas.

Es el bicentenario de la ciudad de Cienfuegos, el 22 de abril de 2019, la fecha final para la restauración del cementerio de Reina. Para esa jornada habrán pasado casi ocho años desde que comenzaron las labores de reparación.

Aguardarán entonces los restos del padre Antonio Loreto Sánchez Romero, primer presbítero de la catedral cienfueguera, para volver a la capilla donde fueron colocados en el siglo XIX; esperarán los ángeles caídos para alzar su vuelo hacia los túmulos mortuorios; se resistirán a caer los nichos verticales.

En Cuba un cementerio asiste a su propio entierro

Una joya funeraria como esta amerita incluirse también en las obras priorizadas. Si de veras se quiere concluir para el aniversario de la otrora villa de Fernandina de Jagua, merece más atención  y necesitará un impulso final —sin que ello dé pie a la chapucería y lo mal hecho.

Más allá de su valor patrimonial es preciso recordar que nuestros antepasados merecen un sitio adecuado para descansar en paz; y que el cementerio de Reina, a pesar de su deterioro, sigue siendo un lugar especial.

Con información de Juventud Rebelde.

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