Revista Cultura y Ocio

En defensa de los funcionarios

Por Julio Alejandre @JAC_alejandre

dia-del-profesor-1Los tópicos sobre los funcionarios en general, y sobre los maestros en particular, han sido siempre muchos y muy mordaces, pero en estos tiempos de crisis, en que el trabajo escasea, se han multiplicado por cien: se dice que no hacen nada, que se tocan las narices, que no se ganan el salario, que entran tarde, salen temprano y se pasan media jornada en la cafetería, que faltan mucho, que se inventan las bajas, y un largo etcétera de taras y defectos.

El funcionarial es, sin duda, el colectivo más vapuleado de nuestra geografía laboral, del que la rumorología popular resalta lo negativo pero silencia lo positivo, se ensaña con el mal funcionario, que sin duda existe, y se olvida de los buenos, aunque sean mayoría.

Se  olvida, o se desconoce, que muchos, muchísimos funcionarios, se toman su trabajo muy en serio, tanto, que dedican horas de su tiempo y dinero de su bolsillo a mejorar su formación, que intentan resolver sus tareas de la mejor manera posible, dándole vueltas y quebrándose la cabeza más allá de lo exigible, se olvida que los trabajos que no se resuelven durante la jornada laboral se los llevan a casa en esos inevitables maletines que no, no están llenos de billetes de quinientos euros, sino de papeles, informes, archivos, dosieres, exámenes y redacciones; pero sobre todo, se olvida que nadie les ha reglado el puesto de trabajo, sino que lo han obtenido mediante unas duras oposiciones a las que la mayoría les han dedicado meses si no años de intensa preparación, a base horas escatimadas a la familia, a los amigos, a los hobbies y a las diversiones.

Por favor, seamos serios y, sobre todo, seamos justos, dejemos el tópico ligero y el chiste fácil y reivindiquemos la figura del funcionario que cumple, que trabaja, y de manera especial, porque hoy es su día, la figura del maestro.


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