Las "iluminadoras" palabras de un alto cargo estadounidense que se expresó en su día bajo anonimato reflejan para el periodista Glen Grenwald la esencia de la política estadounidense, según escribe en The Intercept.
Dichas palabras aparecieron en un texto del diario 'The Washington Post' en 2013, y fueron recordadas por otro periodista, Jon Schwarz, en un artículo, reseñó RT.
El texto original abordaba la cooperación con régimenes africanos, como el de Níger o Etiopía, que violan los derechos humanos, tanto por parte de la Administración del presidente estadounidense anterior, George Bush, como por parte de su sucesor, Barack Obama. A cambio del permiso para usar sus drones en territorios de estos países, EE.UU. hace caso omiso a los abusos de derechos humanos en ellos, decía la fuente.
"Los países que cooperan con nosotros obtienen al menos el paso libre, mientras que a otros países que no cooperan los jodemos como mejor podemos", dijo bajo condición de anonimato el alto cargo dedicado a cuestiones de África. Según él, esta política pasó "casi sin fisuras" de Bush a Obama.
En este sentido, el "paso libre" significa "el apoyo pasivo o activo" de EE.UU., mientras que los regímenes que no cooperan con EE.UU. reciben "el castigo por desobediencia", comenta Greenwald.Estas palabras explican la esencia de "las fingidas preocupaciones de EE.UU. ante los abusos de derechos humanos", que "nunca son verdaderas", pues no son más que "un arma explotada cínicamente por EE.UU. para avanzar con sus intereses", afirma Greenwald. En realidad a EE.UU. "le agradan los regímenes que abusan de los derechos humanos", siempre y cuando "respeten los que EE.UU. les dicta", subraya.
No obstante, recuerda el periodista, esto "no es nada nuevo", y sorprende que la gente lo olvide cuando EE.UU. emprende alguna nueva "guerra humanitaria" en contra de un "dictador" o "grupo terrorista". Todo esto explica por qué la participación de EE.UU. en tales "guerras humanitarias" contra la violación de derechos humanos se limita a bombardeos, como pasó, por ejemplo, en Libia, recuerda Greenwald.