Dentro de los datos destacables del informe PISA sobre enseñanza en 65 países en el que España aparece entre los peores, destaca el caso de Polonia, que en una década pasó de la cola a lugares elevados con el cambio radical de su sistema, muy parecido antes al español.
Los especialistas comienzan a analizar no sólo a los países número uno, que ahora ocupan los asiáticos, sino casos como el polaco, que ha adoptado un sistema menos duro que el oriental, pero que también impone responsabilidades a profesores y alumnos.
Recordemos que Polonia salía paupérrima de la dictadura comunista tres lustros después que España de la franquista, y aún hoy la renta per cápita de sus 38,8 millones de habitantes es de 15.193 euros, mientras que la de los 47,3 millones de españoles es de 22.608.
La inversión educativa España y Polonia en relación al PIB son similares, el 5 por ciento, pero muy superior aquí por alumno porque en España hay 5,7 millones de personas de entre cero y 25 años, y en Polonia son 5,2 millones, no muchos menos.
Desde 2003 a 2012 Polonia mejoró 28 puntos en matemáticas, al pasar de 490 puntos a 518 en 2012, colocándose en el puesto decimocuarto. España está hoy peor que Polonia hace una década: 484 puntos.
En lectura, Polonia mejoró 39 puntos, al pasar de 479 puntos en 2000 a 518 en 2012. Es el décimo de la lista. España tiene unos sonrojantes 488 puntos.
Secretos del éxito polaco: autonomía de los centros para competir entre sí haciendo superar a sus alumnos tres reválidas estatales, e incentivos a los mejores profesores, nada de esa igualdad, heredera del detestado comunismo, pero que tanto aman los sindicatos de enseñantes españoles.
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SALAS