De acuerdo al último informe mundial de la Organización Mundial de la Salud (en adelante OMS), la temible malaria podría tener sus días contados barajándose la posibilidad de que cese su acción en menos de cinco años.
Nada más y nada menos que 578 millones de africanos subsaharianos en riesgo potencial de contraer malaria han sido protegidos entre 2008 y 2010, mediante el curioso sistema de impregnar insecticida en mosquiteras distribuidas a lo largo del continente africano. Este sistema se ha repartido por varios millones de casas africanas.
Según las previsiones de la OMS, de seguirse implantando estas medidas como se ha hecho hasta ahora se logrará terminar con las muertes por malaria en el año 2015.
De hecho, ya existen algunos países declarados por la OMS como “territorios libres de malaria”, entre ellos Marruecos y Turkmenistán, que hasta 2009 seguían acumulando un número significativo de muertes por malaria.
Estadísticamente, el número de muertes por esa enfermedad se ha situado en 781.000 casos en el año 2009 frente a los casi 1.000.000 de seres humanos que perdieron la vida en el año 2000. Esto supone una disminución superior al 20% en menos de nueve años, lo que ha llevado a la OMS ha declarar que “son los mejores resultados obtenidos en varias décadas”.
Pero no todo el monte es orégano. Al menos tres países africanos (Zambia, Ruanda y Santo Tomé y Príncipe) han visto resurgir esta enfermedad entre sus habitantes, factor que pone de manifiesto la necesidad de controlar la malaria en esos países.
Para lograr este optimista descenso de mortalidad se ha contado con una financiación de 1.500 millones de dólares sólo en el 2009, sin embargo, las principales organizaciones en la lucha contra la malaria anuncian que esas cifras siguen siendo insuficientes para combatir al 100% la enfermedad, puesto que los costes totales necesarios para erradicar la malaria se estiman en unos 6000 millones de dólares al año.