Norelys Morales Aguilera.─ Mientras los ultraconservadores del sur de la Floridad se mantienen apegados al viejo esquema agresivo, alentado por la "nueva política de Donald Trump", que de nueva no tiene nada, otros sectores de la sociedad norteamericana ven en los intercambios con Cuba nuevas señales para hacerle bien a lo que allí aspiran como democracia mediante otra realidad posible.
Es llamativo que en el momento en que los retrógrados han logrado casi congelar las relaciones y reducir las embajadas en en Washington y La Habana, se ha conseguido presentar en la capital estadounidense un espectáculo sin precedentes, el festival Artes de Cuba: De la Isla al Mundo, muestra de que a veces la concordia y tender puentes da frutos.
El Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas de Washington DC abrirá sus puertas a 400 artistas cubanos y 50 eventos. El festival reunirá a artistas cubanos residentes en la Isla y en el exterior, que darán a conocer al público estadounidense el quehacer artístico de Cuba, la belleza de su gente y la humanidad de un pueblo cargado de imaginación y creatividad, explicó el portal La Jiribilla.
El objetivo del festival es presentar un programa integral que ponga de relieve las artes y la rica cultura cubana a través de las expresiones tradicionales y contemporáneas de la música, la danza, el teatro, el cine, las artes visuales, el diseño, la moda y la gastronomía.
“Damos importancia a la idea de que la cultura sea una expresión de los anhelos de paz…la cultura une a los pueblos”, afirmó Fernando Rojas, viceministro de Cultura, a propósito del anuncio del despliegue artístico.
Por su parte, Gilda Almeida, la directora de programación internacional del Kennedy Center, explicó a la agencia Efe y a Prensa Latina, que "No ha habido ningún festival cubano en el país de esta escala. Cubre todos los aspectos importantes de la cultura de la isla: música, danza, teatro, cine, moda, diseño, cocina; desde lo tradicional hasta lo contemporáneo".
Sobre las expectativas que tiene el Centro con Artes de Cuba, Alicia Adams, curadora del evento y vicepresidenta de Programación Internacional del Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas, dijo a Prensa Latina que el evento será un gran festival, con mucha energía, que mostrará la humanidad y la belleza del arte cubano, y la riqueza de la isla en términos de su gente y su cultura, manifestó."Será un evento sin precedentes que apelará a un gran sector de la comunidad estadounidense".
En el cartel de "Artes de Cuba", que tendrá lugar entre el 8 y el 20 de mayo, destacan la legendaria cantante Omara Portuondo, la orquesta Los Van Van, el artista de jazz afro-cubano Yosvany Terry, y la famosa bailarina Alicia Alonso con el Ballet Nacional de Cuba. La compañía cubana celebrará además el 40 aniversario de su histórica primera gira en Estados Unidos, que comenzó precisamente en el Kennedy Center.
El festival también pone el foco en las artes visuales: Manuel Mendive creó dos obras para la ocasión, José Parlá presenta una instalación que combina escultura y pintura, el muralista Emilio Pérez aporta una experiencia de inmersión con elementos digitales y multimedia y el artista Esterio Segura exhibe su famosa escultura "Hybrid of a Chrysler".
"Es una gran oportunidad de ver a través de muchas ventanas, aunque los espectadores vengan a ver una actuación en concreto, estarán expuestos a otras formas de arte", señala Almeida.
El embajador cubano en Washington, José Ramón Cabañas Rodríguez dijo a la propia agencia, que "La presencia de los artistas cubanos en el Kennedy Center puede interpretarse como un gesto de buena voluntad del pueblo de Cuba al pueblo de los Estados Unidos. La cultura es un lenguaje de paz y de respeto mutuo. En Cuba amamos ambas cosas".
"El intercambio cultural entre ambos países ha sido histórico y permanente, con independencia de las medidas que se han adoptado contra Cuba. Constantemente viajan artistas estadounidenses a presentaciones en Cuba y viceversa. Ambos pueblos conocen y aprecian la cultura del otro, se enriquecen y se complementan", agregó.
Como ejemplos, recuerdó que Cuba fue el país invitado del Festival de Jazz en Nueva Orleans en el 2017, en el que participaron 150 artistas de la isla, mientras que el pasado enero numerosas bandas estadounidenses actuaron en el Festival de Jazz de La Habana.
"Fueron fiestas de amistad. Este es, sin embargo, el mayor festival de arte cubano que se haya organizado en Estados Unidos y hay que agradecer al Kennedy Center, que no solo ha hecho un trabajo de curatoría profesional, sino que ha interpretado la demanda que existe en el público estadounidense", destacó el embajador.
La idea de dedicar un festival al arte cubano llevaba "mucho tiempo" en la cabeza de los programadores del Kennedy Center, pero fue hace tres años cuando comenzó a concretarse, con la mejoría de las relaciones impulsada por la administración Obama y hoy destatalada con la de Trump.
El músico cubano Ernán López-Nussa auguró que será un hito histórico y puente en las relaciones entre ambos países.
Cuba es escenario y con un público natural para la cultura estadounidense; y ello también ocurre a la inversa, apuntó respecto a los nexos históricos bilaterales.
La familia, que agrupa a Ernán, su hermano Ruy (batería), y sus sobrinos Harold (pianista y compositor) y Ruy Adrián (batería), además de un trompetista y un bajista invitados, se presentará en Washington, con temas de su autoría, pero también otros de la música cubana, latinoamericana y jazz (“bañado de cubanía”, dijo).
Ellos estuvieron en la Ciudad de México, por donde pasó el grueso de la delegación cubana ante la Embajada de Estados Unidos en esta capital, para cumplir trámites de visa que, por decisión del gobierno de Donald Trump, ya no se pueden realizar en la misión diplomática estadounidense en la capital cubana.
Resulta un entuerto y una pena tener que gastar recursos y tiempo por una visa que bien se podría tramitar en La Habana, donde Estados Unidos tiene embajada, subrayó.
Son de las cosas que no deberían pasar, pero hay mucha gente interesada y participando para que el evento se realice y, por eso, pasamos por todas las dificultades y seguimos adelante. Seremos embajadores cuando la política se desencuentra, acotó.