Antes de nada, me gustaría aclarar que ser listo no significa ser sabio.
Llega un momento en el que uno mismo se da cuenta que, desgraciadamente, el gobierno no escucha al pueblo. Claro está que esto suscita ira, pero yo me pregunto si se podría sacar algo favorable en esta situación.
El gobierno nos necesita a nosotros, ¿pero cómo nos necesita?, ignorantes, analfabetos y sumisos, para que así ellos puedan conseguir el voto fácil. Y llegados a este punto el lector afirmará que eso era fácilmente deducible y que lo ideal sería, para que esto no fuera así, que se produjera una educación masiva en la población. Y es en este punto donde yo alego lo siguiente: "No es que nosotros seamos ignorantes y analfabetos, eso era antes, es que nuestros representantes políticos si lo son". Matizo, cuando les llamo ignorantes y analfabetos va relacionado al hecho de que no nos escuchan, y que el analfabetismo profesional se dio, por ejemplo, en Ana Mato, Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y licenciada en Ciencias Políticas y Sociología, era una analfabeta de su especialidad, y si dedicase un poco más de tiempo podría encontrar otros ejemplos semejantes.
Y en el fondo son listos, porque visto así nadie podrá cambiar esa realidad, los sabios eligen a los ineptos, nadie puede cambiar eso salvo que los sabios tomen el poder y, ¿quien le dará el poder a los sabios?