La sociedad durante el último siglo ha crecido y ha girado entorno al coche. Al principio era una chifladura de snobs, pero en poco tiempo se convirtió en un artefacto poderoso, símbolo del progreso y al alcance sólo de los más ricos, un símbolo del nivel de vida. La mejora de la tecnología hizo que el automóvil evolucionara rápidamente, convirtiéndose en un medio de transporte al alcance de mucha más gente. De hecho se convirtió en el motor de la economía, debido a la producción en masa de esta máquina de transportar gente. Eso sí nunca dejó de ser un elemento de estatus. Se podía comprobar el estatus de una persona simplemente por el coche que conducía. Incluso muchos trepas exhibían un coche que no podían pagar para aparentar mejor posición.
Por otro lado el coche encaja a la perfección con los valores propios del capitalismo que lo sustenta: el individualismo, la propiedad privada y el consumismo. Hay que renovar el coche cada cierto tiempo, hay que estar a la última, pero recuerda que es sólo tuyo, así que métete en el coche, llévalo vació y déjalo horas y horas parado, dispuesto sólo para ti. Desde mi punto de vista es toda una aberración el uso que hacemos del coche.
El coche no ha dejado de evolucionar y mejorar. Son más rápidos, más fiables, contaminan menos, son más seguros. E incorporan elementos que hace unas pocas décadas ni tan siquiera existían en las casas de los más pudientes. La tecnología se ha incorporado de forma definitiva al vehículo: Televisión para los pasajeros, GPS, telefonía móvil e internet integrados, control de cansancio, motores eléctricos y ya algunos modelos conducen sin la necesidad de un humano.
Dadas estas bases, creo que le modelo de producción cambiará. Empresas del corte de Uber, Tesla o Cabify buscarán un modelo de negocio diferente, más atractivo para el consumidor. El resultado es que el transporte tal y como lo conocemos ahora mismo cambiará enormemente. A grande rasgos el coche del futuro, será un coche bastante distinto, puede que incluso se use otra palabra diferente para nombrarlo: carbot por ejemplo.
Será eléctrico. Las gasolineras desaparecerán.
No necesitará conductor. Las autoescuelas desaparecerán.
La capacidad, en cuanto al número de pasajeros cambiará bastante: 2, 3, 6. Probablemente sean modulares y se pueda formar fácilmente en el caso de realmente necesitar un convoy. En cualquier caso compartir transporte será fácil, no tendrás que preguntar si alguien de tu trabajo vive cerca de ti para poder ahorrar en el desplazamiento. Con marcar la opción de compartir, los algoritmos harán que los interesados más cercanos con origen, destino y hora, compartan el vehículo con menor coste, por supuesto.
Para desplazamientos de pocos cientos de kilómetros será más eficiente que el tren. Dejándote en el lugar de destino, evitando los transportes entre estaciones y el lugar de destino real y sin depender de un horario. Incluso se puede ir trabajando tranquilamente.
Nadie tendrá un coche en su casa. No tendrás que preocuparte de revisiones, de echar combustible, ni de lavarlo. Cuando lo necesites lo pedirás por internet. Incluso podrá programarlos con antelación. Lugar y hora, en el que aparecerá el vehículo, te subirás y te llevará al destino que le indiques. Una vez que llegues bajarás del vehículo, sin tener que buscar aparcamiento y la máquina se irá a buscar a su próximo cliente. En cualquier momento se podrá hacer una valoración del estado del vehículo en el que viajas, pudiendo detectarse eventuales casos de vandalismo. A pesar que todo ellos se asemeja bastante a un servicio de taxi, los taxistas desaparecerán. El mercado estará copado por grandes multinacionales.
Habrá zonas de parking distribuidas por los núcleos de población. Lugares en los que los vehículos que no tengan necesidad de circular estarán esperando o que irá a allí para repostar. Dejará de haber parking públicos, reguladores de estacionamiendo limitado, parkímetros y muchas otras cosas destinadas a saqueranos los bolsillos. Como las autopistas de pejae. Otra cosa que desaparecerá.
Las multas de tráfico desaparecerán. Los robots respetan las normas, para eso están programados. También se evitan los problemas derivados de la falta de atención a la conducción, el cansancio, el carácter vandálico que mostramos al volante. También desaparecerán los controles de alcoholemia nocturnos, podrás salir de fiesta y pasarlo bien, siempre y cuando no vomites en el coche. No tendrás que preocuparte sin un aparca coches ilegal te raya el vehículo.
Los atascos se reducirán notablemente. Se eliminan los vehículos que están estorbando en doble fila, los que no saben hacia dónde van, los que están buscando una inexistente plaza de aparcamiento. Además los vehículos se irán comunicando entre ellos, se evitarán las maniobras extrañas, colisiones.
Los vehículos se construirán de forma que sean más duraderos, más reciblables, consumiendo energía verde. En definitiva el coche dejará de ser el coche que conocemos ahora. Y será de verdad un elemento útil.
Lo cierto que el coche, el nuevo coche que traerá el futuro hará que la sociedad cambie con él. Puede que este intento de adivinar el futuro resulte ridículo como cuando se vaticinaron coches voladores, o puede que no. En cualquier caso dentro de unas décadas saldremos de dudas.