Revista Opinión

En el mundo de los sueños

Publicado el 27 abril 2016 por Braveronica @braveronica

La vida es una constante de oportunidades, de nuevos descubrimientos, de aventuras inesperadas, de  risas elocuentes y de éxitos, sobre todo de éxitos. También hay fracasos, aunque estos nunca se cuentan, nunca se muestran. Todo lo que se comparte a través de las redes sociales engloba a lo primero, a la felicidad extrema y perpetua. Con la búsqueda de la popularidad se pone en marcha un proceso que se fundamenta en colocar a la propia persona como protagonista de una historia que se narra a través de Instagram o Facebook respetando en mayor o menor grado la realidad. No hay cabida para las imperfecciones. Lo publicado ha de ser idílico, ya que el objetivo que se persigue, al fin y al cabo, es conseguir provocar cierto sentimiento de admiración en todo aquel  que llegue hasta nuestras fotografías.

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Es tal la ambición y el narcicismo que puede generar este estilo de vida, en el que disparar selfies forma parte de la rutina diaria, que la presión por guardar esa apariencia de perfección acaba por sobrepasar los límites. Essena O’Neill, modelo australiana de 19 años cuya historia fotográfica era seguida por medio millón de personas en su cuenta de Instagram,  anunció hace varios meses que todo lo que había llegado a compartir en su perfil era mentira. Ha desvelado varios de los secretos que se escondían tras sus imágenes en un intento de mostrar al resto de los jóvenes la gran presión que hay en estar obsesionado por la popularidad, la aceptación social y los likes.

Llegué a tomarme hasta cincuenta fotos iguales antes de conseguir la definitiva, abronqué a mi hermana hasta que consiguió sacarme perfecta en la imagen y muchos de los chicos que aparecían conmigo en las instantáneas eran “novios contratados”, confiesa. Quería ser como las chicas a las que yo seguía de pequeña en Instagram o en blogs: bonita, importante, poderosa, alegre… Y lo conseguí, aunque eso no me hizo feliz, me sentía sola y presionada dejando que fueran los números los que me definieran como persona. Lo tenía todo, y era como si no tuviera nada. Tras estas revelaciones (disponibles en su canal de Youtube), Essena O’Neill ha eliminando sus más de 2000 fotografías en Instagram y ha puesto una página web  a disposición de todos aquellos que como ella estén sometidos a la presión de ser aceptados en redes sociales. En ella muestra algunas fotos de su antiguo Instagram que van acompañadas de un pie de imagen en el que la joven explica lo que hay detrás de lo se ve

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Sin embargo, Essena O’Neill no ha sido la única que ha  intentado vender una vida basada en la belleza, el lujo, la exclusividad y la felicidad. Estamos ante una generación que se siente representada en las siglas YOLO (You Only Live Once, sólo se vive una vez). De hecho, este es el lema de Jay Alvarrez y Alexis Ren, dos jóvenes estadounidenses de 20 y 19 años que recorren el mundo recopilando material visual de todos los lugares que visitan. Han construido en sus perfiles de Instagram una historia de cuento de hadas que ha conseguido encandilar a millones de personas. Sus aventuras por islas desiertas y playas paradisíacas practicando paracaidismo, submarinismo o surf y la destreza fotográfica de Alvarrez, así como del equipo que les acompaña en sus viajes, han posicionado a esta pareja entre las más admiradas de las redes sociales. Su forma de vida queda fuera del alcance del ciudadano medio ya que el ritmo de gasto es continuo y desmesurado. No obstante, para ellos el dinero no es un problema, pues viajar se ha convertido en su trabajo. Sin embargo, no pretenden ofrecer una imagen de derrochadores, sino inspirar a los jóvenes a través de sus fotografías y vídeos, potenciar en ellos la creatividad y la originalidad y hacerles ver que es posible cumplir los sueños.

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Por su parte, el fotógrafo y modelo de origen hawaiano ha defendido las aventuras que muestran en las redes sociales: “sabemos que la vida que llevamos puede parecer falsa porque para mucha gente es impensable. Para mí la normalidad pasa por practicar surf, paracaidismo, hacer fotos y… divertirme. La mayoría de la gente va al colegio y al trabajo… Pero nosotros no hemos crecido así. No es cuestión de sentirse orgulloso; simplemente hay que entender que hay muchos estilos de vida diferentes y que no todos pueden comprenderse.” Tanto él como Alexis también han llegado a pronunciarse en contra de la opinión de Essena O’Neill alegando que todo lo que la joven australiana ha declarado constituye un puro intento de publicitarse a sí misma.

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Son dos caras de una misma moneda: lo positivo (Ren y Alvarrez) y lo negativo (O’Neill) unidos por la condición de guardar las apariencias. La cuestión a fin de cuentas es simular ser, estar o pensar. Fingir que todo va bien cuando nada sale como se pretende.


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