Lo escuchas de pasada, como el que no quiere la cosa: "los Beatles apestan. Están sobrevalorados". Y te estremeces.
Porque tú sabes que los Beatles lo son Todo. Son el principio el y final. La ida y la vuelta. La música. Una conjunción cósmica irrepetible. Son Mozart y Vivaldi; Velázquez y Goya; Messi y Maradona; Monica Belluci y Leonor Watling. Son el queso Cabrales y la coca-cola; las pizzas del Vesuvio un domingo de resaca, un bocadillo de leche condensada. Son Gandalf y Obi-Wan Quenobi; Darth Vader diciendo "Luke, yo soy tu padre". Son el Sporting y el Barça; la selección española campeona del mundo; Alonso primero y Hamilton rompiendo el coche. Son Allan Poe y Dickens; Sherlock Holmes y Poirot. Son los días lluviosos leyendo en casa; salir a correr por San Lorenzo escuchando el canon de Pachelbel; nadar unos largos por los viejos tiempos. Son la Abadía en el Robledal de Friedrich y Enrique Bunbury.
Los Beatles lo son Todo y tú eres una foca. ¿O era yo?