En el país de los ciegos…

No encuentro razones políticas para entender cómo mantienen buena imagen algunos ministros de Zapatero. Ese es el caso de Carme Chacón y Trinidad Jiménez, según la opinión de los españoles dos ministras muy bien valoradas en este estudio demoscópico. A Jiménez no se le conoce otra acción como ministra que la lucha contra la gripe A. A esa desastrosa gestión en pro del lobby farmacéutico, de la que desconocemos qué ha pasado con los millones de vacunas que no se han utilizado y sí se han pagado, se añade que no ha sido capaz de luchar en favor de la sanidad pública, de la única manera posible, haciendo que su gobierno derogue la ley 15/97.

Pues bien, ahora quieren desde Ferraz que sea quien se enfrente, en lugar de Tomás Gómez, a Esperanza Aguirre. Un premio a la pasividad. Por cierto, todavía somos muchos los que recordamos la paliza que le dio Gallardón hace siete años.

De Carme Chacón poco se sabe salvo su inmovilidad y que consigue que su ministerio sea de los intocables en su presupuesto, a pesar de los recortes de otros. Hay quien dice que se está preparando para suceder a Zapatero. El caso es que ha mantenido una política continuista en los temas fundamentales, como es el más importante: las tropas destacadas fuera del país, en particular en Afganistán, sin cuestionarse su necesidad o su peligro.

Hoy leo que Holanda ha abierto el melón y ha decidido retirar sus tropas de Afganistán. Una guerra que se da por perdida pero que sin embargo, todos menos Holanda, prefieren seguir allí con los riesgos que persisten y así no cabrear al amigo americano. Esa es la política también de la ministra Chacón. Inmovilismo puro y seguimiento servil a USA.

Y es que como muy bien dice el jurista Miguel Ángel Rodríguez Arias –militante del PSOE— la ministra es muy particular (artículo cuya lectura es altamente recomendable). Tanto que tiene una mala memoria histórica. Ahora resulta que a nuestra “querida” ministra le da igual ocho que ochenta. Así, se salta las condenas de Nuremberg y la Asamblea de la ONU de 1946 y pasa a homenajear a la División Azul, a la que ha hecho un lugar importante en el nuevo Museo del Ejército. Una unidad militar franquista que luchó al lado de los nazis y los fascistas. Un ejército ilegal que pasa a la historia en el Museo del Ejército, cuando debería estar en el Museo de los Horrores o el de las Víctimas del Franquismo, que ya deberían existir. Y todo esto con miles de cadáveres republicanos sin enterrar y sin reconocerles un merecido homenaje por el hecho de defender el orden establecido.

Según la señora Chacón, ese homenaje lo merece el criminal ejército de la División Azul que hoy ocupa un lugar destacado en el Museo del Ejército, por cierto ubicado en el “Alcázar de Toledo” insigne y emblemático edificio franquista donde los haya.

La verdad es que no puedo encontrar razones para que estas dos ministras obtengan las mejores calificaciones (las menos malas), junto a Rubalcaba, del gobierno Zapatero. Salvo que se cumpla aquello de que en el país de los ciegos… Con todo y con eso, tengo dudas.

Salud y República