El errar nos acompaña como un componente propio de nuestra humanidad. La imperfección como marca inquebrantable de lo que somos jamás será ajena a nosotros. Cuando nos acostumbramos a ver solo esos errores en nuestra vida y concebimos nuestros días como una derrota constante puede que lleguemos a un punto en el que ya nada importe. Si en todo me ha ido mal, ¿Qué necesidad hay de que crea por un bien venidero si todo mi pasado y presente han sido caóticos?, ¿Qué gano ilusionándome con dichas próximas si la desdicha me acompaña? Situarse en el podio de los vencidos no va a cambiar nada, aunque nos haga bajar expectativas y creer que la realidad es el fracaso. Estas palabras no buscan ser autoayuda ni tampoco pensamiento positivo como solución a los problemas. Pensar en benéfico puede que mejore el estado de ánimo pero no es la salida a todo, pero ser negativo tampoco lo es, solo nos sitúa en un recinto cerrado de indiferencia. La inercia puede implicar dejar todo en la nada y la nada en el todo, pero esa misma inercia es una realidad latente. Aparentar una sonrisa y decir "estoy bien" puede que te haga buscar tener una actitud ante la vida diferente, pero en el fondo asumir algo que no se siente en el interior es tener indolencia a lo que sentimos y a lo que somos, pero es también tener fe, es ser aguerridos y desear sostenerse en un amparo intangible de la felicidad del universo conspirador en tu favor, es creer en Coelho y toda esa parrafernalia junta. Pero se ha creado todo un mercado global frente a eso, ¿por qué ir en contra de lo que vende, de lo que es popular, de lo que muchos creen?
Nuestros errores también hace parte de nosotros, el no reconocerlos nos hace menos humanos y más máquinas, y aún ellas fallan. Lo importante es no perpetuarlos pero también saber que la perfección no es posible. Estamos llenos de equivocaciones, fallas y esperpentos, pero también somos eso. También somos cosas negativas, feas, vulnerables y vergonzosas, ¡también!El pensamiento positivo no tiene porque ser un enemigo, pero tampoco la única posibilidad. Afrontar la realidad con entereza y con cordura aceptando que también lloramos, nos desilusionamos y la vamos a pasar en determinados momentos no tiene porque oscurecerlo todo, pero hay que permitirlo, vivirlo y superarlo. Los positivos dicen que después de la tormenta llega la calma y en el momento más oscuro es que amanece, eso se aplica en el clima y en el ciclo normal del paso del tiempo del planeta, pero si también somos parte de este planeta y dentro de años seremos cenizas y quedaremos en la nada, ¿por qué no disfrutarlo?. Probablemente esta tesis pareciera en este punto caer en lo mismo de lo que se "critica" pero, sin fijarnos falsas expectativas ni universos conspiradores ¿por qué no intentar virar el sentido caótico de los días de errores, en días de aprendizaje, de experiencia y obstáculos necesarios para seguir adelante?Si todo va mal, nada bueno nos pasa, todo es gris, pero si solo nos concentramos en eso haremos que nuestros pensamientos se centren solo en eso y nada cambiante. No te planteo pensar todo en positivo, te planteo pensar en errores, equivocaciones y fallas pero tambien en los mecanismos y estrategias para superarlos y cambiar. No se pierde nada y aunque pueda que no se gane mucho por lo menos nos relajamos, que si te fijas bien, es ganar algo. No darle tanta importancia a las cosas que no lo merecen y no fijarse en el quedirán y los demás. Tu vida es tuya, tus decisiones son tuyas, tu cuerpo es tuyo, los demás están ahí, algunos para apoyarte y otros para criticarte, centrarse en eso no es ser objetivos, ni para lo bueno ni para lo malo. La forma de superarte y salir adelante va a depender de ti, de tus decisiones y de las acciones que tomes en pro de lo que quieres, quizá no se pueda y no venzas, pero por lo menos lo has intentado. No te digo que eres un campeón, el mejor y un ganador, te digo que eres un ser humano con virtudes y defectos, no has venido a sorprender a nadie ni a unirte a expectativas victoriosas mercantilistas, has venido a vivir la vida, a reír y a llorar, a aprender y caer, a subir y bajar, probablemente tengas un propósito en esta vida pero asumir eso no implica que si no logras ser el empresario más exitoso, la mejor actriz o actor, el mejor en tu área o lo que sea, las altas expectativas no son buenas, crean falsas ilusiones que al no cumplirlas pueden acomplejar corazones y sopesar sentimientos de fragilidad, desahucio y pérdida. No necesariamente no ser el ganador o el número uno tiene que ser malo, no todo mundo se gana el premio gordo de la lotería, también hay otros premios no tan notables e incluso perdidas que pueden resultar provechosas para la vida.