Stephen Cummings MTN-Qhubeka) aguó la fiesta a los franceses en un final antológico. Chris Froome (Sky) sigue líder, pero Nairo Quintana (Movistar) fue el más fuerte entre los favoritos.
Etapa 14 del Tour de France 2015, entre Rodez y Mende, 178,5 km con dos puertos de cat. 4 y dos de cat. 2, uno de ellos al final: breves y contundentes 3 km al 10,1 % que decidirían la jornada -cota de la Croix Neuve-.
La fuga de una veintena de corredores decidiría la etapa. En ella, el FDJ había colocado a su jefe de filas, Thibaut Pinot, más dos gregarios que tiraron del grupo durante gran parte de la jornada para obtener una cuota que alcanzó los 8′. El mejor clasificado de la fuga, otra joya del pedal galo, Romain Bardet (Ag2r-La Mondiale). Además, Rigoberto Urán (Etixx-Quick Step) y Peter Sagan (Tinkoff-Saxo), entre otros.
El pelotón rodó paciente, tras la rueda del Sky, dejando que la fuga fructificara. Aún a falta de 25 km para el final, estaba claro que la aventura tendría éxito. Pinot y sus dos escuderos, eran tácticamente los más beneficiados. En la meta aguardaba el máximo mandatario francés, Francois Hollande.
Sabiéndose en inferioridad de condiciones, Bardet atacó en el desenlace de la etapa, en las rampas más duras. Bardet abrió hueco y Urán falló en seguir su estela. Decididamente éste no es el Tour de colombiano. Sagan, por entonces, era incapaz de seguir el ritmo del grupo de cabeza de carrera. La joven promesa del pedal británico, Simon Yates (Orica-GreenEdge) también procuró seguir a Bardet, pero sólo pudo hacerlo por unos pocos metros.
En la Croix Neuve, fue Pinot quien consiguió hacer contacto con Bardet. Más atrás rodaba Cummings, un novicio en la ronda gala. Todo parecía destinado a un final mano a mano entre los dos pedalistas franceses, el desenlace soñado para los aficionados locales que la presencia de Hollande sólo exaltaba aún más. Faltaba descorchar el champagne y hasta mañana…
Sin embargo, sobre el final de la cota, en los dos km finales de meta, Bardet y Pinot abusaron de especulación. Mutuamente se pidieron insistentemente relevos de cara al final, en un falso llano. Ninguno quería regalarle nada al otro. Esa desaceleración y falta de concentración, fue la oportunidad que hizo que de la nada apareciera un vertiginoso e ignoto Cummings. El rodador del equipo africano no tuvo dificultad en dejar atrás a los dos escaladores franceses. Arriesgando en cada curva y sin mirar atrás un instante, Cummings mantuvo un ritmo fuerte y cruzó meta en solitario, 2” por delante de Pinot y 3” de Bardet. Una mezcla de ingenuidad, falta de osadía y error de cálculo aguó la fiesta francesa.
4′ más tarde se decidió la etapa en el grupo de favoritos. Vincenzo Nibali (Astana) probó nuevamente, pero tras ser neutralizado por Froome terminó atrás. Alberto Contador (Tinkoff-Saxo) ni siquiera lo intentó y tampoco pudo seguir el ritmo de Froome -¿se guardará algo para los Alpes?-. Algo similar sucedió con Tejay Van Garderen (BMC). El único que probó con éxito fue Quintana, que abrió hueco por un tiempo significativo y mostró buen estado de forma. Sólo Froome pudo hacer contacto con el colombiano al final del último puerto. El de Movistar continúa siendo el principal candidato a luchar contra Froome y hoy lo demostró una vez más.