“La mayor parte de los hombres no hacemos sino querer en el sentido económico de la palabra: resbalamos de objeto en objeto, de acto en acto, sin tener el valor de exigir a ninguna cosa que se ofrezca como fin a nosotros. Hay un talento del querer, como lo hay del pensar, y son pocos los capaces de descubrir por encima de las utilidades sociales que rigen nuestros movimientos que nos imponen esta o aquella actitud, su querer personalísimo. Solemos llamar vivir a sentirnos empujados por las cosas en lugar de conducirnos con nuestra propia mano”(Ortega y Gasset[1])
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“Acaso la enfermedad básica de nuestro tiempo sea una crisis de los deseos (…) El repertorio con que hoy cuenta el hombre para vivir, no sólo es incomparablemente superior al que nunca ha gozado (…) y, sin embargo, la desazón es enorme, y es que el hombre actual no sabe qué ser, le falta imaginación para inventar el argumento de su propia vida” (Ortega y Gasset[2])
[1] Ortega y Gasset: “La vida en torno”, en el “El Espectador”, Vol. II, O. C. Tº 2, Alianza, p. 153,
[2] Ortega y Gasset: “Meditación de la técnica”, O. C. Tº 5, pp. 343-44.