Gabilondo, ministro de Educación ha comentado que en España hay demasiados universitarios. Y claro tira de cifras y pone ejemplos contundentes: En Madrid hay más estudiantes de Derecho que en todo el Reino Unido.
Que un ministro de Educación, al que tengo respeto, se queje de que hay demasiados universitarios en su país, es algo así como que un entrenador de fútbol se cabreara porque su equipo mete demasiados goles.
La universidad debería ser la base educativa y todo el mundo debería pasar por ella, aunque sea sólo para tener ese poso y esa experiencia que te deja ese periodo. Debería ser digno de encomio, pero no, aquí nos quejamos.
Es curioso ver cómo a pesar de estar entre los países con más universitarios mantenemos un nivel cultura bajo. Era tremendo ver en un programa televisivo “El Intermedio” cómo gente, aparentemente normal, no sabía cuando se había celebrado la guerra civil o que se celebraba el doce de octubre, entre otras preguntas “difíciles”. Por no hablar de nuestra generalizada ignorancia en el conocimiento de otras lenguas. Entonces, ¿qué es lo que pasa? Pues ocurre que donde se falla es en la educación básica y media, ese es el reflejo del informe PISA que nos coloca en su sitio, o sea muy atrás en el ranking.
Una paradoja, resulta que tenemos muchos universitarios pero nuestro nivel cultural es bajo. Eso parecen indicar los datos. En este país se ha cambiado la ley de educación varias veces en pocos años, de acuerdo al color del gobierno de turno, sin haber consolidado un plan.
Y ese es uno de los grandes problemas.Por otro lado, y a esto hacía referencia el ministro, hay una baja participación en los estudios de Formación Profesional. Y es que todavía se oyen cosas como: “Mi hijo es un buen estudiante, va a hacer una carrera”, o “este muchacho no vale para estudiar que haga Formación Profesional”. Con esa mentalidad, que responde a una forma de pensar extendida, los técnicos medios son pocos y con preparación escasa.
Por lo tanto, más vale que el señor ministro, en vez de quejarse, desde su posición de máximo responsable, sea capaz de lanzar las políticas necesarias para revalorizar la Formación Profesional, crear puentes con las organizaciones empresariales y promulgue una ley educativa eficaz que sirva para subir ese bajo nivel cultural y educativo que tenemos.
Salud y República