Recuperar el estado salvaje de los espacios, perderse en interiores que nos devuelvan la ilusión y el estado mas primitivo, donde las texturas sean auténticos protagonistas. Encontrarlos, y descubrirlos, es como vamos a empezar la semana.
Una forma única de volver a un espacio, lugar y tiempo en el que las formas, el desorden y quizás los recuerdos formen parte importante de la decoración.
Plagada de detalles, este piso en TriBeCa, posee ese toque con historia e instinto que lo hacen admirable. Con una composición de elementos, plantas y texturas en techos, y paredes, son pocos los complementos que necesitan para darle ese aspecto distinto y admirable con el que convivir.
Un toque urbano, newyorkino y fresco, que se vuelca en molduras, en luces y contrastes, pero que traspasa los planos horizontales, para subir hasta el techo o la pared, con casetones y molduras.
Sin duda, admirable… ¿no creeis?