Antonio López: ‘La familia de Juan Carlos I’. Imagen obtenida de la web de Patrimonio Nacional.
- Hija mía, algún día todo esto que ves será tuyo.
- ¿Cómo?
- Que algún día todo esto que ves será tuyo.
- No te entiendo, papá.
- Pues presta atención y estate quieta, que nos están pintando.Y espabila, que vas a salir con cara de desgraciada.
- Papá, por favor, no empieces como siempre.
- Escucha lo que te digo. Algún día todo esto que ves será tuyo
- Tengo ganas de hacer pis.
- También yo, hija, también yo. No es fácil aguantar veinte años sin mear esperando a que Antonio López remate los detalles. Al final nos va a pasar como al membrillo.
- ¿Qué membrillo?
- Nada, hija, nada. Yo me entiendo. Tú mira al frente, más allá del mandilón del artista. Algún día todo lo que ves al otro lado de ese gran ventanal será tuyo. ¿Lo ves?
- Qué rabia, papá, lo veo pero creo que no me gusta mucho.
- ¿Cómo puedes decir eso? Con todo el esfuerzo que ha costado…
- Ya. Me da mucha rabia, papá, pero es que veo gente que va al fútbol. Mucha gente, riadas de gente. Y unos pocos que no van al fútbol y que esperan el autobús, pero el autobús no llega.
- Es normal, habrán cortado las calles. Es por seguridad. Por el bien de todos.
- Sí, pero más al fondo veo hombres y mujeres que duermen en las cabinas de los cajeros automáticos. Los taxis están vacíos y el cobrador del frac trabaja a destajo. Lleva siete días sin parar.
- ¡Caramba, siete días!
- ¡Qué fuerte, papá! En el telediario de La Primera están poniendo un anuncio de calzoncillos. Y a nadie le extraña.
- ¡Coño! Yo no veo nada de todo eso. He debido traerme las gafas.
- ¿Quieres que vaya a por ellas?
- No, quédate. No te muevas. A esta hora es cuando el rayo de sol se refleja en la pared y el pintor tiene mucho interés en captarlo en detalle. Es muy puntilloso, pero hay que respetar su trabajo. Cuéntame, ¿qué más ves?
- Veo un aquelarre en una lujosa y conocida mancebía… ¡No! Espera. No es un aquelarre. Es el consejo de gobierno de una comunidad autónoma.
- ¡No fastidies! ¿Sabrías decirme cuál?
- Qué rabia, papá, lo siento, pero no distingo muy bien unas de otras… Papá, no sé si quiero que todo esto sea mío.
- Hija, cometes el error de fijarte en los detalles. Los detalles tienen una importancia relativa, hay que ver las cosas en su conjunto. Hay que tener visión general. Tendrías que leer a Hegel.
- ¡Qué fuerte!
- Lo importante es la actitud, el ánimo. ¡Arriba ese ánimo, hija mía! Piensa que siempre podemos reunir un gramo más de fuerza para seguir haciendo exactamente lo contrario de lo que proclamamos y, como decía el Kennedy viejo, follar mucho.
- No sé si podré.
- Sí que puedes, confía en mí. Mete la barriga para dentro y sonríe. Fíjate en tu madre qué bien lo hace.
- Pero papá, ¿todo esto no tendrías que contárselo a mi hermano?
- Claro que sí hija mía, claro que sí. Pero es que el gilipollas del pintor me lo ha puesto en un extremo del cuadro.
La exposición ‘El retrato en las colecciones reales. De Juan de Flandes a Antonio López‘ puede verse en el Palacio Real de Madrid hasta el 19 de abril de 2015.