Las #CartasaElla llegan a su fin y podéis leer todo lo que hemos ido publicando, que no es ni mucho menos todo lo que será el proyecto final (ahora estoy buscando editorial para publicar el libro sobre ello), en este enlace del banner del blog. Como sabéis quienes os habéis animado a leer estas misivas que un abuelo le escribe a su nieta, Ella, el primero ejerce una acción pedagógica sobre la segunda e intenta sin dogmatismo que la pequeña busque su camino, sobre todo en el ámbito de la salud, aunque se tratan otros muchos temas. Este sería un pequeño resumen de lo que Ella ha ido recibiendo.
Mi querida nieta Ella, como te prometí desde la primera de estas cartas y han sido un montón las que te he escrito, iba a introducirte en una serie de temas que por lo general o se desconocen o suelen pasar desapercibidos para la mayor parte de las personas.
Habrás visto su calado e importancia, en el fondo de lo que hemos estado escribiendo es de la propia vida, de las elecciones que hacemos, de cómo los diferentes intereses, por lo general políticos y comerciales, intentan manipularnos con objetivos desconocidos.Y también de cómo enfrentar esas estrategias en favor de la libertad de la conciencia y de la dignidad de las personas.
Nos hemos centrado en la salud porque es el bien más preciado que poseemos, sin ella no somos nada, así de claro.
Y cuando la salud se va llega la enfermedad y con ella todo ese aparato entre burocrático e industrial que te he contado que es el complejo de la medicalización, mucho más interesado en la enfermedad y la comercialización de los diagnósticos y sus tratamientos aparejados que en la verdadera salud de las personas.
Éstas en muchas ocasiones se convierten en víctimas de la codicia de toda esa máquina que resulta iatrogénica, dañina.
Ese complejo medicalizador necesita usar la ciencia a su antojo para mantenerse pues nos intenta hacer creer que todo lo que hacen es por nuestro bien y que ello está basado en pruebas científicas. Ya has visto Ella, las enormes carencias, por escribirlo en modo fino, de dichos argumentos. Se va imponiendo el cientifismo, el convertir la ciencia en una religión y en nombre del "pensamiento crítico" se intenta uniformar a la gente.
Y en ello juegan un papel destacado esos sacerdotes modernos que son los pseudoescépticos, guardianes de las esencias de lo establecido (que no tiene porqué ser lo mejor, como has podido comprobar mi pequeña) que se han ido infiltrando en todas las capas decisorias del modelo social y muy especialmente en el ámbito de la comunicación.
Ese adoctrinamiento necesita para combatirse una educación que rompa moldes y se centre en la libertad del individuo, en conseguir personas que verdaderamente piensen por sí mismas para cambiar todo este estado de cosas que te describo.
Espero, mi querida nieta, haberte abierto los ojos al menos un poco y si he conseguido seducirte para que seas parte de la solución más que del problema me habrás hecho un poquito más feliz de lo que estaba cuando comencé a dedicarte todas estas misivas. Eres mi amor y mi orgullo, te quiere siempre,