Hoy por fin, despues de tres dias en diversas salas de espera, de estar pendiente de los numeritos y de las mesas que te atienden, estoy inscrito en el SAE como demandante de empleo, es decir como en paro que no es lo mismo que parado.
Esta experiencia, la primera en mi vida, la verdad que me ha servido. Me refiero que solo siendo un minimo observador se puede aprender muchisimo, solo con estar atento a quien esta a tu lado, a la pregunta que se hace a la persona de información, por cierto, sin la mas minima discrecion, todo se oye...
Y se ve al cincuenton que acude por primera vez, con gran dosis de vergüenza, como pidiendo perdón por pedir la prestación, y que espera un poco escondido en la sala de espera a que aparezca su numero y mesa en la pantalla.
La gente mas joven, que se mueven por el SAE como si fuera un funcionario mas, nunca han conocido un contrato de trabajo de mas de un año seguido, y han tenido que darse de alta muchas veces, demasiadas veces, y el SAE es un centro social donde se encuentran a colegas, amigos, vecinos...
LLama poderosamente la atencón, el sector que mas me ha impactado, el sector de personas a los que esta crisis se ha llevado por delante como personas. Me refiero a esos que aparecen por la puerta en silencio, sin afeitar, quizas sin lavarse esta mañana, abandonados, hundidos, sin ninguna autoestima, sin ninguna esperanza, con todas las prestaciones agotadas hace tiempo, con esas arrugas, que si es verdad que tienen que ver con el sufrimiento, este ha sido mucho, de larga duración les clasifican, ya hasta la dignidad agotaron hace mucho.
Oigo, mientras miro los ultimos mensajes en Tweeter, a un jubilado que acude a información acompañando a su hija de no mas de 19 años, para preguntar, para protestar porque a "su chica" le han quitado trescientos euros que la pagaban todos los meses de paro, y explica que "mi chica" tenia un contrato de cuatro horas, pero trabajaba nueve, la pagaba el dueño cinco, pero junto con el paro que cobraba merecia la pena. Y no comprende las razones que hay para que, encima que ahora le han rebajado el contrato a dos horas, sigue trabajando nueve, encima ya no tiene paro.......
Todo esto, mientras un señorito, un marques de no se que, un tonto del haba, dice que en Andalucia la gente no tiene ambiciones, que los andaluces somos asi, casi por naturaleza, valiente hijo de la gran duquesa...
Y mientras pienso en el marques de pan pringao, las neuronas, ellas solas, me traen el himno que dice:
Andaluces, levantaos!,
¡Pedid tierra y libertad!,
Sea por Andalucía libre,
España y la humanidad