Esta foto está sacada de lamoncloa.es, y en ella se ve a José Luis sin chaqueta, es decir, vestido de Rodríguez
El tema de la sociolingüística es complicado. ¿Por qué hay padres que bautizan a sus hijos como Sebastián si al minuto siguiente comienzan a llamarlos Chano? Parece frívola la pregunta, pero no lo es. En realidad somos como nos llamamos, o como (otros) quieren llamarnos.
No se han parado a pensar, que cuando este país comenzó a ser socialista su presidente se llamaba simplemente Felipe González, y los españoles así lo caracterizaron, como uno más de los cientos de miles de González que hay en este país. Era Felipe, o González. Todo eso ha cambiado, y me atrevería a decir que lo ha hecho en función de una cierta conciencia de clase que tenemos los españolitos. El presidente siguiente se llamó Aznar, no José María, sino Aznar, o en todo caso José María Aznar. No recuerdo un titular que dijera José María recibe a tal presidente en La Moncloa, pero sí muchos que decían Felipe se reune con el presidente tal.
Comenzamos a pensar en él (en el presidente de turno) como un jefe, no como uno más, sino como el jefe. ¿Por qué en los partidos de fútbol al de cara de mala leche y al que sanciona, o sea al árbitro, se le apela por sus dos apellidos o por uno de ellos (el más complicdo claro) y jamás por su nombre? Lo que quiero decir es que eres mucho más importante (o lo pareces) si tienes un apellido compuesto, con un guión, con un De la, o con una palabra inusual, que si te llamas gonzález, garcía, hernández o pérez.
Pues bien, ya no queremos que nos mande José Luis, ni Mariano. A Zapatero, incluso, seguramente dada su falta de carisma, le han quitado el primer apellido porque ¿cómo se va a llamar el líder Rodríguez? Pero esto no sólo es una estrategia para reforzar al insulso socialista éste que se va, pasa lo mismo como dije con Rajoy, Cospedal, Llamazares, Chacón, Pajín… (aunque curiosamente sí que quedan varios a los que los medios, y la gente en la calle por ende, siguen llamando por su nombres de pila, quizás para rebajar y, me tarevería a decir, ridiculizar sus actitudes como pueden ser Pepiño (Blanco), Soraya y alguno/a mas).
Qué país, siempre intentando encontrar diferencias en las etiquetas, cuando al fin y al cabo, en la botella no hay sino más de lo mismo.