"En la incertidumbretengo que recordarle a mi cuerpo que respire"
Realmente pensé en raparme la cabeza. En llevarla calva, completamente calva.
Pero pudo más el miedo a tener problemas en el trabajo por mi apariencia —ahora que lo pienso, quizás no fue el trabajo, fue que no tuve el coraje suficiente como para comprar la máquina y terminar con el asunto—
No sé como es la forma de mi cabeza sin pelo, así que tampoco hubiera tenido la certeza de cómo me quedaría —como si importara, Tuky, como si importa—
Hace unos días se cumplió un año de la muerte de mi mejor amigo —trato de no hablar de él, aunque lo pienso todos los días. Trabajaba en la misma empresa que yo, y eso, lo vuelve todo; mucho, mucho más difícil—
Todo cambió desde que no está.
Todo.
Mi vida entera cambió. Sobrevivo, básicamente.
Él era, mi maestro de arte, mi hermano, mi único amigo, fue quien me enseñó el significado de la palabra amistad.
Estos últimos días no fueron fáciles.
Estos últimos días las ganas de irme tampoco fueron muy amables.
Entonces, se me ocurrió que sería una suerte de homenaje, canalizarlo todo en mi cabello, y finalmente, cortarlo como él lo llevaba (o algo parecido)
Si estuviera aquí, me hubiera ligado un buen reto, a él le gustaba mi pelo largo y solía decirme: “negro, tuky, negro, bien negro y largo, te queda bien”
Pero yo, lo preferí así, corto, como él, lo llevaba.
Llevo dos días sin atarme el pelo, nadie conoce los verdaderos motivos —creo que es la primera vez que hablo del tema y lo hago aquí, porque sé que nadie lee esto— pero ya he recibido los siguiente comentarios por otras vías:
"Loca, ¿qué hiciste con tu pelo?"
"Me preocupás"
“Noooooooooooooooooooooooo”
“lindo!!”
"Necesitas un psicólogo urgente"
"No estás bien de la cabeza"
“Te asesinaste”
“ay que tener coraje”
“que cambio, loca”
"Te estas autoflagelando"
"Claramente no te estas queriendo"
Obviamente no contesté ningún comentario.
Hay tantas cosas que no digo…“Si nadie te ama con pelo largo, mucho menos lo harán con pelo corto”. Sí, llegué a pensar eso, así que calculá el resto…
Él me decía que “El camino de la honestidad te hará sentir sola”.
Él me decía que “La FELICIDAD, esa con mayúsculas, no existe. Son solo momentos.”
Él me decía “Escribí, dibujá, no importa qué te digan, vos creá”
Él me decía “Los tipos están tan ciegos, que no ven lo que valés, Tuky”
Él me decía "Ginebra sin hielo, por el arte" y golpeábamos nuestros vasos en algún bar, a las dos de la mañana, los viernes.
Mejor dejo ya de hablar de él, porque duele.
Sí, él era mi amigo.
Si no fuese porque alguien tiene que alimentar a mi gata posiblemente ya no estaría acá.
Mi soledad sencillamente se está personificando y sí
ya no llevo el pelo largo.