No es necesario extenderse demasiado, cuando hay algo que está absolutamente comprobado, y se sabe a ciencia cierta que es verdad. Para resumirlo, se podría de decir algo tan elemental, como que, las cosas buenas nos benefician y las malas nos perjudican. Unas y otras, no se pueden controlar en toda su extensión, ya que las personas vivimos supeditadas a lo que nos depara el destino, lo que si es real, es que la actitud propia de cada individuo, lo predispone en un sentido o en otro.
En la existencia humana, hay muchos caminos por los cuales las personas pueden transitar, unos los hacen por decisión propia, que es lo ideal, y otros para su desgracia, no tienen la posibilidad de elegir (o no quieren hacerlo), y van por donde les mandan (siempre hay un pastor, bueno o malo, que dirige el rebaño, o pretende hacerlo).Sin embargo, al final todo se queda reducido a dos únicas direcciones, una que te lleva por el camino que conduce a la luz, y otra, que te arrastra hacia terrenos más sombríos, que irremediablemente llevan a la oscuridad.
Claro u Oscuro, esa es la elección, aunque no siempre el ser humano, tiene la capacidad y el acierto necesarios para tomar la decisión correcta, cuando tiene oportunidad real de hacerlo. Luces: alegría, amabilidad, autoestima, adaptabilidad, autoconfianza, buen humor, creatividad, entusiasmo, ilusión, júbilo, motivación, optimismo, resiliencia, sentido del humor, superación … Sombras: ansiedad, aburrimiento, decepción, derrotismo, desmotivación, depresión, desconfianza, desilusión, estrés, frustración, hundimiento, ira, miedo, mal humor, odio, pesimismo, rabia, tristeza…¿Y tú, qué camino eliges?
La balanza tiene dos lados, el positivo y el negativo, para cual de los dos se incline más, depende muchas veces de uno mismo y no tanto de las circunstancias.