Es tópica la expresión de que la política hace extraños compañeros de cama. Por estos lares lo más sonado fue la famosa pinza Aznar-Anguita, ridículos ambos y movidos por un odio común contra Felipe González.
Ahora, digna de figurar en el Guinness, aparece en Cataluña la alianza CDC-CUP, o sea, burguesía de derechas y extrema izquierda, constructores del sistema y antisistema, defensores de la banca (donde guardan lo que roban) y partidarios de nacionalizarla, creyentes y ateos, propietarios y detractores de la propiedad privada, etc.
Imposible imaginarlos redactando un programa común de gobierno.
Pero hoy se tumban en el mismo colchón y se tapan con el mismo edredón.
¿Hay quien dé más?