En las brumas del amanecer.

Algunos sentimientos escondidos despiertan perezosos
en la noche extraña. Constituyen apenas una llamarada fugaz.
Me acarician bellos crepúsculos viajeros
hasta la niñez perdida ayer.
Muere ahora la muerte cegando un futuro deseado,
¡oh, cruel natura! Aquí perecemos inocentes,
mientras se consume nuestro presente.
Desintegrados lloramos carbónicas lágrimas
derramadas hasta formar berbajos venenosos
que disecan ideas y pretendidos futuros ideales.
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¿Por qué vivo?
Vivo y callo.
Corazón tranquilo.
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Bajo otro cielo he muerto.
En otra tierra soy inmortal.
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