Título: En lugar seguro (Crossing to Safety)Autor: Wallace StegnerEditorial: Libros del Asteroide (2008)
Año publicación: 1987Páginas: 392Precio: 21,95 euros
Nuestras discusiones más acaloradas eran siempre sobre cómo podríamos contribuir. No nos preocupaban las recompensas. Éramos jóvenes y serios[...] Más allá de un mínimo básico, el dinero no era un objetivo que respetásemos. Algunos sospechábamos que el dinero ni siquiera era muy bueno para las personas [...] Pero todos teníamos la esperanza de, en la medida en que nuestras capacidades nos lo permitieran, definir e ilustrar la vida digna de vivirse. [...] Dejar una huella en el mundo. En vez de eso, el mundo ha dejado huellas en nosotros. Nos hemos hecho mayores. La vida nos ha escarmentado tanto que ahora esperamos quietos a la muerte. (El lugar seguro)
Hay libros llenos de acción, en los que se suceden los acontecimientos, los giros, las sorpresas. Hay asesinatos, grandes dramas, situaciones intensas. Si es eso lo que buscáis, no os acerquéis a En lugar seguro de Wallace Stegner. Este pertenece a esa otra clase de libros, reflejo de la vida misma, un transcurrir sereno, con sus altibajos, pero sin grandes sobresaltos. Si tuviera que destacar la mayor virtud de esta novela sería la de ser lo más fiel a la vida de una persona que he leído nunca. En lugar seguro es la vida de dos parejas de amigos, los Lang por un lado (Charity y Sid) y los Morgan (Sally y Larry) por otro, y su larga amistad desde sus comienzos: ellos como profesores de Literatura en la Universidad de Wisconsin en plena Gran Depresión, y ellas embarazadas de su segundo y primer hijo respectivamente, hasta la actualidad, 34 años más tarde. La historia nos la cuenta Larry, quien va recordando los años pasados junto a sus amigos, los malos momentos, los buenos, las ilusiones y esperanzas, los primeros logros... Las dos parejas se reencuentran en la casa de veranero de los Lang en Vermont, un paraje idílico, lejos de la civilización, en un fin de semana que será el último que pasen los cuatro juntos.
Uno de los maravillosos bosques de Vermont donde podría encontrarse la casa de veraneo de los Lang
La novela transcurre a un ritmo sosegado y algo nostálgico, ya que es el propio Larry quien nos cuenta desde la edad madura sus recuerdos de juventud, con mucha añoranza y cariño hacia esos tiempos pasados. Esos momentos que no se sabían disfrutar al cien por cien, y que solo se disfrutan de verdad cuando ya han pasado. Esas grandes decepciones que con los años se relativizan y se ve que no eran para tanto, esos grandes momentos de alegría, incluso las desgracias con el tiempo llegan a atemperarse. Se nota mucho que se trata de la última novela que escribió Stegner cuando era ya anciano (con 84 años) por esa sabiduría que da la edad, y que narra muchas vivencias personales. Él también fue profesor de Literatura en la Universidad de Wisconsin, y su gran amor por la naturaleza se ve reflejado en preciosos pasajes descriptivos de los inmensos bosques del estado de Vermont. Ese tono nostálgico, aunque no triste, sino más bien de cariño. incluso un tanto paternalista hacia uno mismo por no haber sabido disfrutar en su momento de la juventud y de los buenos momentos, siempre preocupados por algo, por el trabajo, por la falta de trabajo, por la llegada de hijos, por la casa, por la familia, por los amigos... Con el tiempo todas esas angustias se ven como lo que son, el día a día, la cotidianeidad de una vida humana, aunque cuando se viven sea imposible verlas de ese modo. Otra cosa que me ha gustado especialmente es la manera de escribir de Stegner, sus descripciones de la naturaleza son tan vivas que realmente nos mete entre los bosques de Vermont, nos hace sentir y respirar junto a sus personjes en el ambiente académico de Madison y viajamos con ellos a una Florencia mágica (con una escena realmente llena de magia, temprano por la mañana, contemplada por Larry y Sally desde el balcón de su cuarto), mucho más para ellos, americanos cultos y soñadores que ven en este viaje un retorno al germen de toda la cultura occidental. Parece que cuando leemos literatura norteamericana todo es Nueva York o California, y en ese sentido, me ha gustado mucho poder conocer otros dos estados nuevos: Vermont y Wisconsin, especialmente el primero con sus inmensos espacios naturales.
Universidad de Wisconsin
El libro es ante todo un relato vital, cómo uno trata de salir adelante, de luchar por sus sueños, aunque lo más habitual es que estos se vayan rompiendo o transformando por el camino. Un ensalzamiento de la amistad, en este caso, de largo recorrido. Y esencialmente, se trata de un relato que si bien nos sitúa en varios contextos históricos interesantes, como la Gran Depresión, la Guerra Civil española, la llegada al poder de Hitler y Stalin, la II Guerra Mundial... se tratan solo de eso, de contextos, ya que lo importante son los cuatro personajes, cada uno con su personalidad y anhelos, y cada pareja con su propia personalidad de dos. Además, al tratarse de dos profesores universitarios y de sus cultísimas esposas, la novela está salpicada de poemas y referencias a escritores y poetas, conversaciones intelectuales que tienen entre sí los protagonistas, viajes, arte... He disfrutado mucho de sus conversaciones y teorías sobre la vida y la cultura, de sus veladas escuchando música y cantando, de sus picnics... Me he sentido como una más. Para mí ha sido una autentica delicia disfrutar de la maravillosa manera de narrar de Stegner, conocer a Charity, Sally, Sid y Larry, a los que he sentido como a amigos muy cercanos, y de los que me ha costado mucho despedirme al terminar el libro.
Wallace Stegner
Wallace Earle Stegner nació en 1903 en Lake Mills (Iowa) y falleció en 1993, además de novelista, fue historiador, biógrafo y ensayista y se le considera "el decano de los escritores del Oeste". Hijo de inmigrantes escandinavos, vivió en distintos puntos del Oeste americano antes de asentarse en Salt Lake City. Fue profesor de Literatura en distintas universidades, entre ellas la de Wisconsin (al igual que los protagonistas del libro) hasta instalarse definitivamente en Stanford, donde pondría en marcha una de las escuelas de escritura más importantes del país en la que estudiarían autores tan célebres como Raymond Carver o Ken Kesey. Fue un gran defensor de la naturaleza y el medio ambiente y participó en varias campañas por la defensa de la naturaleza y con organizaciones como la red de parques de EEUU o la Wilderness Society, algo que en esta novela se nota intensamente en sus descripciones sensoriales de los bosques de Vermont. Recibió entre otros galardones la Commonwealth Club Gold Medal, el Premio Pulitzer por Ángulo de Reposo y el National Book Award por El pájaro espectador. Stegner murió a los 90 años a causa de las lesiones que sufrió tras un accidente de coche en Santa Fé (Nuevo México), ciudad en la que se encontraba para dar una conferencia.