Al llegar el otoño no sólo caen las hojas de los árboles y los resfriados se mudan a vivir con nosotros hasta Navidad. Además, como si perder horas de sol no fuese suficiente, se agravan los estados depresivos y se es más proclive a que el ánimo dé un bajón.
Y por ello a continuación te daré el ABC para evitar que la tristeza y el mal rollo se apoderen de ti instalándose en tu vida. Si sigues al pie de la letra mis indicaciones te aseguro que llegarás a Navidades con una sonrisa puesta:
- Aumenta la actividad física. No te apoltrones en el sofá. Y sobre todo, no dejes que el mal tiempo cambie tus planes. Si tenías previsto salir, sal. Pero no sólo eso, haz ejercicio. Ya sea apuntándote al gimnasio, haciéndolo en tu casa o saliendo a caminar cada día un rato. Puede que te parezca un consejo absurdo en relación a vencer un estado depresivo, pero no lo es. Créeme. Hacerejercicio tiene beneficios físicos más que conocidos por todos, pero también contribuye psicológicamente a combatir esos momentos de desánimo. El ejercicio provoca que nuestro cerebro secrete de manera natural serotonina, sustancia que actúa como anti-depresivo aportando confort y felicidad. Así que ya no tienes excusa, ¡a correr se ha dicho!
- ¡Socializa! Sal de casa. Apaga la tele. Deja aparcado ese libro que tanto te está gustando. Abandona el calor del hogar y queda con gente, haz actividades con ellos. Ves al cine, al teatro, la opera… ¡lo que sea! Pero no te encierres en casa. El aislarse no es bueno; y mucho menos para alguien que está un poquitín alicaído. ¡Chútate amistad, vuélvete yonqui sin reparo alguno!
- Cero dramas. Aléjalos de ti como Superman alejaría de sí mismo la criptonita; lejos, lejos… Empápate de alegría. Busca cosas y personas que te aporten. Busca la risa. Reír es tanto o más sano que llevar una dieta equilibrada. ¿Efectos secundarios? Arrugas… Nadie dijo que superar un bache fuese a resultar fácil. Lo dicho, evita lo triste y arrincona el drama. No es tu momento. No te culpes por no estar ahí para dar apoyo a tus allegados, si te quieren lo entenderán. Es tu momento de “egoísmo“. Ahora cuentas tú y sólo tú, para lo demás tendrás tiempo más adelante.
- Toma el sol. Los rayos ultravioletas también aumentan la producción de la serotonina. Hazlo preferentemente fuera de tu casa; recuerda, ¡está prohibido apoltronarse! Puedes buscar un parque, la terraza de una cafetería, un bar o un restaurante que sea de tu gusto y tomar el sol mientras lees algo, preferentemente de humor.
- Recuerda, ¡nada de dramas!
- Busca una afición. Mira para tus adentros y analiza qué es lo que te gusta o en qué eres buena —Y no; no le hagas caso a esa vocecilla que te dice que tú no haces nada bien. Todos hacemos alguna cosa bien, ¡encuéntrala!—. Puede que se te dé bien cantar, bailar, dibujar, el punto de cruz, la escritura, el deporte… no sé, un sin fin de cosas. Seguro que fácilmente la encuentras. Y ya sabes, a poder ser que sea fuera de casa, acompañada y bajo el sol… Te sugiero que pruebes como voluntaria limpiado arcenes de carretera.