FICHA TÉNICA:
Dirección: Josh Radnor
Guión: Josh Radnor
Producción: Brice Dal Farra, Claude Dal Farra, Jesse Hara
Fotografía: Seamus Tierney
Montaje: Michael R. Miller
Música: Ben Toth
FICHA ARTÍSTICA:
Jesse Fisher: Josh Radnor
Zibby: Elizabeth Olsen
Prof. Hoberg: Richard Jenkins
Dean: John Magaro
Prof. Fairfield: Allison Janney
Ana: Elizabeth Reaser
Nat: Zac Efron
Argumento:
Desencantado con su trabajo y con un futuro incierto, Jesse Fisher regresa a su antigua universidad para la cena de jubilación de su profesor favorito. Un encuentro fortuito con Zibby, una precoz estudiante de 19 años, despierta en Jesse sentimientos que creía olvidados. Ambos sienten una poderosa atracción que termina en romance, pero tendrán que hacer frente a numerosos obstáculos, y en especial, a la diferencia de edad entre ellos.

Puede que Josh Radnor no llegue a librarse nunca de Ted Mosby, el personaje de Cómo conocí a nuestra madre que le convirtió en nuestro cool nerd favorito por un tiempo. Pero tampoco parece que eso le cause mucha desazón al actor, guionista y director, ya que muchas de las características de Ted Mosby aparecen en sus personajes de la gran pantalla, lo cual también nos hace pensar hasta qué punto estos rasgos pertenecen a la persona que interpreta a los personajes.
En Amor y letras Radnor nos presenta una comedia romántica en la que los libros son el medio por el cual sus protagonistas intentan descubrir el mundo y a ellos mismos. Jesse Fisher, nuestro protagonista, vuelve a la universidad donde estudió en plena crisis personal, donde pasó los mejores años de su vida. Radnor estructura la historia en torno a cuatro de los personajes que habitan la universidad y que representan varios puntos de vista vitales, por un lado está Zibby, la estudiante de 19 años inteligente y fresca; por otro el profesor Hoberg quien se acaba de jubilar pero se niega a envejecer; Dean el estudiante con depresión y tendencias suicidas; y la profesora Fairfield, de vuelta de todo.

La inocencia todavía no perdida, el miedo a envejecer, a la soledad o a confundir el cinismo con el realismo son algunos de los temas que recorren esta película cuidada con mimo hasta el mínimo detalle. Más pulida y realista que su anterior trabajo como director, puede que no sea una película para todo el mundo, pero si eres amante de los libros (o del arte en general), eterno adolescente y romántico sin remedio, Amor y letras es un buen recuerdo de por qué está bien seguir siendo todas esas cosas.