FICHA TÉCNICA
Dirección: Joel Schumacher
Guion: Karl Gajdusek
Producción: René Besson, David Winkler, Irwin Winkler
Música: David Buckley
Dirección de fotografía: Andrzej Bartkowiak
Montaje: Bill Pankow
Diseño de producción: Nathan Amondson
Vestuario: Judianna Makovsky
FICHA ARTÍSTICA
Kyle Miller: Nicolas Cage
Sarah Miller: Nicole Kidman
Elias: Ben Mendelsohn
Jonah: Cam Gigandet
Avery Miller: Liana Liberato
Petal: Jordana Spiro
Ty: Dash Mihok
Kendra: Emily Meade
Jake: Nico Tortorella
Argumento:
La pareja felizmente casada compuesta por Sarah y Kyle Miller parece tenerlo todo: un elegante y apartado hogar, con todas las comodidades imaginables, y una adorable aunque rebelde hija adolescente, Avery. Kyle es un tratante de diamantes de gran éxito y Sarah es arquitecta, ella misma ha diseñado su extenso y moderno hogar de cristal, piedra y acero, rodeado de densa vegetación.
Bajo amenaza se podría definir como una… cinta que quiere ser como Secuestrados pero se queda en Transgression, eso sí, con nombres de grandes estrellas -o que lo fueron pero se han ido desinflando- como Cage y Kidman, que tienen que comer, y con un resultado final mejor que la película española. Sino, no me explico cómo ha podido ver la luz semejante resultado de Schumacher.
El guión pretende atraparnos a base de la tensión del secuestro, el enfrentamiento con los secuestradores, el enorme secreto que debe guardar el personaje de Cage para no querer abrir la caja y una serie de flashbacks que engañan más que ayudan a la trama. Dicho esto, estamos ante una historia previsible en sus momentos de giro, lo que le quita toda sorpresa que el espectador pueda experimentar.
La parte positiva es que los secuestradores son tan patéticos y están tan desquiciados, que resultan creíbles y no pretenden caernos bien, claro que tampoco eso nos hace posicionarnos con el matrimonio tan extraño que forman los protagonistas, que pegan menos que un huevo y una castaña.
Un poco de acción, algún toque de esquizofrenia, ligero humor yonqui… que no se diga que al menos Schumamer intenta imprimirle personalidad, pero no termina de conseguirlo. Al final uno no sabe si quiere saber cómo termina el secuestro o no, porque con tantas vueltas, lo único en que piensas es… ¿por qué me he metido a ver esto?