FICHA TÉCNICA
Dirección: Mike Mills
Guión: Mike Mills
Producción: Leslie Urdang, Dean Vanech, Miranda de Pencier, Jay Van Hoy, Lars Knudsen
Coproducción: Fran Giblin, Geoff Linville
Fotografía: Kasper Tuxen
Diseño de producción: Shane Valentino
Montaje: Olivier Bugge Coutté
Diseño de vestuario: Jennifer Johnson
Música: Roger Neill, David Palmer, Brian Reitzell
Supervisión musical: Robin Urdang
FICHA ARTÍSTICA
Oliver Fields: Ewan McGregor
Hal Fields: Christopher Plummer
Anna: Mélanie Laurent
Andy: Goran Visnjic
Elliot: Kai Lennox
Georgia: Mary Page Keller
Oliver de niño: Keegan Boos
El perro Arthur: Cosmo
Argumento:
Beginners explora el humor, la confusión y el amor a través de la creciente madurez de Oliver Fields, que conoce a la irreverente e impredecible Anna pocos meses después del fallecimiento de su padre, Hal Fields.
Gracias a esta relación, Oliver se acuerda cada vez más de su padre, que después de morir la esposa con la que vivió 45 años, salió del armario para disfrutar de una vida gay plena y llena de energía con Andy, un hombre mucho más joven. La tremenda honradez de Hal hizo que padre e hijo se sintieran mucho más próximos que antes. Ahora, Oliver se esfuerza en amar a Anna con el valor, el humor y la esperanza que su padre le legó.
Beginners es una historia sobre la madurez y la felicidad, cómo llegar a ella, puesto que Oliver, nuestro protagonista, vive en un estado permanente de tristeza plasmado en su trabajo y en sus fallidas relaciones. Un personaje que crece cuando conoce a Anna, con la que aprenderá paso a paso y con la que recordará a su padre en diversas situaciones para darse cuenta de que él fue realmente feliz en los últimos años de su vida, cuando se liberó y confesó su homosexualidad.
Con este relato tan íntimo, nacido de la propia experiencia del director, los tres actores elegidos para protagonizarlo son un acierto total. Plummer está genial en su rol de hombre mayor liberado de un peso que lleva soportando demasiados años y lleva con muchísima naturalidad el ser gay, no hay tópicos ni sentimentalismos, simplemente vemos su nueva vida.
Ewan McGregor es realmente Oliver, uno no puede imaginarse a otro actor, y la química que tiene con Mélanie Laurent funciona desde el primer momento. Es una pareja que se complementa muy bien, no solamente en el plano de actuación, sino en cuanto a sus respectivos personajes.
Lo bueno es que aunque tenemos dos tramas diferenciadas, por un lado, la relación de Oliver con su padre cuando sale del armario y cuando pasa por su enfermedad; y por otro, su relación con la imprevisible Anna, no llegamos a notar cabos sueltos o fusiones extrañas que nos hagan perder el hilo. Está narrado de una manera tan cuidada y limpia que no hay saltos, sino que todo tiene una continuidad.
Es una película para pensar y relajarse mientras otros piensan y reflexionan sobre la vida, la felicidad y las relaciones. Y para darle el toque cómico, tenemos el perro que nos habla y el punto extraño a las narraciones en off del protagonista.