FICHA TÉCNICA
Dirección: Rodrigo Grande
Guión: Roberto Fontanarrosa, Rodrigo Grande
Producción: Pitu Fernández, Leonardo Di Cesare, Rodrigo Grande
Música: Ruy Folguera
Montaje: César Custodio, Miguel Pérez
Sonido: Martín Grignaschi
Escenografía: Mariela Ripodas
Director de Fotografía: Pablo Schverdfinger
Vestuario: Paola Delgado
FICHA ARTÍSTICA
Adalberto Castilla: Federico Luppi
Sarita: Norma Aleandro
Silva: Pablo Echarri
Argumento:
El viejo Castilla está absolutamente convencido de saber lo que se debe hacer en cada ocasión donde intervienen la ética y los principios. Un día se da cuenta de que tiene el número 48 de la antigua revista Tertulias, justo el que le falta a su nuevo jefe para completar una colección que mantiene como hobbie. Castilla se niega a venderle este número de la revista frente a toda la plana mayor de la empresa “porque no todo se puede comprar”. Su jefe se propone demostrar a todos, sin echarlo, que logrará quebrar la voluntad del viejo Castilla. Todo al final será una cuestión de principios.
Nos encontramos ante una película que habla de los principios, de la moral del ser humano, del qué hacer cuando se nos plantea un problema que nos puede ayudar a resolver otro pero a costa de nuestras ideas.
Tenemos a Adalberto, un señor, un caballero, que ve que la juventud ya no tiene nada que ver a como él era y que cree que ha perdido esos principios que él defiende a capa y espada. Pero lo curioso es que cuando públicamente demuestra que no se vende, esa misma juventud responde con admiración, y algunos hasta con sorpresa, puesto que los tiempos han cambiado y seguramente habrían actuado de otra manera.
Es una película compleja, en la que la duda está permanentemente en el aire y en la que el protagonista se cuestiona a sí mismo en todo momento. Si ha hecho bien, si no, si debería ceder a las presiones del entorno, puesto que eso supondría dar un giro a su vida y salir de la rutina. La evolución de Adalberto es un vaivén continuo, pero al fin y al cabo es un hombre que piensa en el bienestar de su familia. Actúa como podría actuar cualquier otra persona ante su situación.
El personaje de Sarita, interpretado por Norma Aleandro sufre un cambio mucho más en el film, ya que de repente la vemos con una fuerza y energía que no habíamos visto, dejando claro lo que opina y que va a actuar como una mujer independiente por primera vez. El hijo es el más desdibujado, quizá por esa adolescencia pasota y descastada tan típica de la edad.
Pablo Echarri es el malo, para que nos entendamos, pero como el propio director comentaba, no es el malo que estamos acostumbrados a ver, sino que es humano y le vemos también con problemas y sufrimientos, lo que hace que sea más cercano al espectador. La interpretación del actor es de las mejores de la película, dejando a un lado a los dos grandes con los que comparte cartel.
En cuanto a la fotografía, las escenas que pertenecen a la oficina son las más luminosas, mientras que cuando llega a la casa nos encontramos con bastante oscuridad, como si todo estuviera apagado, quizá en plan metáfora de los dos mundos que representa cada lugar. Sea como fuere, quedan muy bien diferenciados los diferentes espacios para dejarnos claro el estado anímico del protagonista.
Desde luego que es un film para pensar en los principios, propios o de otros, y para llegar a la conclusión de que, como dice el personaje de Federico Luppi: Hay cosas en la vida que no tienen precio.
Dirección…………………………………… Rodrigo Grande
Guión……………………………………….. Roberto Fontanarrosa
Rodrigo Grande
Producción……………………………….. Pitu Fernández
Leonardo Di Cesare
Rodrigo Grande
Música……………………………………… Ruy Folguera
Montaje……………………………………. César Custodio
Miguel Pérez
Sonido……………………………………… Martín Grignaschi
Escenografía……………………………… Mariela Ripodas
Director de Fotografía…………………. Pablo Schverdfinger
Vestuario………………………………….. Paola Delgado