FICHA TÉCNICA:
Dirección: Lech Majewski
Guión: Lech Majewski, Michael Francis Gibson
Producción: Lech Majewski, Angelus Silesius, Marek Baczyk
Música: Lech Majewski, Józef Skrzek
Fotografía: Lech Majewski, Adam Sikora
Dirección artística: Stanislaw Porczyk
Efectos especiales: Norbert Rudzik
Diseño de Producción: Marcel Slawinski
FICHA ARTÍSTICA:
Pieter Bruegel: Rutger Hauer
Nicolaes Jonghelinck: Michael York
Marijken Bruegel: Joanna Litwin
Mary: Charlotte Rampling
Saskia Jonghelinck: Dorota Lis
Argumento:
En pleno siglo XVI los países bajos se hallan bajo dominio del imperio español. Bruegel observa los sucesos que le rodean y a la sociedad en la que vive y retrata mediante el arte el significado último de una época convulsa, dominada por mercenarios extranjeros, por una justicia opresora, y las luchas religiosas. La obra del pintor servirá como un sugerente análisis de la condición humana.
Lech Majewski realiza un impresionante ejercicio de Tableau vivant en un film ya de por sí poco convencional y que a alguno le puede recordar al estilo de directores como Peter Greenaway, al menos en el sentido de haber cuidado al límite cada detalle visual. La película es una lección acerca de cómo aproximarse al arte: el propio personaje de Bruegel examina en sus dibujos y pinturas la vida y todo aquello que le rodea, atrapando su esencia y sus claves.
Por supuesto hablamos de un periodo histórico muy concreto, con la ocupación española de Amberes en primer término, y con la inquisición controlando el día a día de los habitantes. La idea de sumergir al espectador en una experiencia estética y a veces emocional logra que por momentos uno quede realmente asombrado. Por supuesto no se ha escatimado en medios técnicos y hay secuencias donde los efectos digitales y la, digamos, artesanía cinematográfica, logran resultados impresionantes, casi se diría que una película así permite imaginar qué uso se puede dar a las nuevas tecnologías a la hora de narrar, más cercano al videoarte que a una narración tradicional.
Si bien las imágenes y ciertos planos secuencia casi resultan milagrosos, el film a veces resulta repetitivo, incluso irregular, pero es inevitable dada su propia esencia: nos cuenta un contexto muy determinado y el resultado casi parece una mezcla entre falso documental y una ficción al uso. Redondea con la veteranía de unos actores que no necesitan presentación, sobre todo un Rutger Hauer en plena forma. El que suscribe no es muy amigo de los Tableau vivant, siempre he pensado que resultan un recurso fácil y poco eficaz, aquí me he encontrado con una excepción. Por supuesto, estamos ante una película algo difícil de digerir para el público general.