En profundidad: Hijos de las nubes, la última colonia

FICHA TÉCNICA:

Dirección: Álvaro Longoria

Guión: Álvaro Longoria

Producción: Javier Bardem, Álvaro Longoria, Lilly Hartley

Fotografía: Josu Incháustegui

Montaje: Yago Muñiz

Argumento:

Una mirada a los campos de refugiados saharauis, “Sons of the Clouds” es el primer documental de Alvaro Longoria como director. Producido por Javier Bardem, el documental examina la agitación política actual del norte de África y la responsabilidad de las potencias occidentales (especialmente Estados Unidos y Francia) por medio del ejercicio de la Realpolitik (política exterior basada en intereses prácticos y económicos en lugar de en principios éticos o teóricos) en sus estrategias políticas internacionales. Estas políticas han generado una gran inestabilidad que finalmente ha ocasionado gran violencia y caos. El film se centra en la situación del Sahara Occidental, la última colonia africana según Naciones Unidas, y una región al borde de la guerra. La película es un viaje personal en el que Bardem guía a la audiencia por el tortuoso camino de la diplomacia mundial y la terrible realidad de un pueblo abandonado, buscando comprender cómo hemos llegado a esta situación y cómo se podría evitar otra guerra en África.

Álvaro Longoria y Javier Bardem nos presentan este documental que tiene como centro al pueblo saharaui, su historia como colonia española y su situación actual como parte de Marruecos.

Hijos de las nubes cumple una de las funciones básicas del género documental a la perfección, que es educar en un tema de forma divulgativa y sencilla. Así, la parte del documental que se dedica a desentrañar la historia y la situación política actual del pueblo saharaui es, sin duda, la parte más conseguida de todo el film, gracias a la narración de Elena Anaya apoyada sobre imágenes de archivo, gráficos y animaciones.

Ahora bien, Longoria y Bardem no querían hacer un documental puramente educativo, sino uno que sirviera como instrumento mediático para atraer atención sobre un problema por el que están ambos preocupados y comprometidos. Aquí es cuando la cinta deja de lado su labor estrictamente informativa para posicionarse claramente por la causa del pueblo saharui.

El actor narra en primera persona cómo después de haber visitado el festival de cine del Sahara y haber conocido de primera mano los campos de refugiados, comenzó un periplo internacional valiéndose de su imagen, que le llevó a hablar con todo tipo de especialistas en el conflicto – desde profesores de universidad, activistas, ONG’s, cuidadanos, militares, hasta altos cargos diplomáticos  y políticos.

Aunque el documental intenta reflejar todas las posturas, deja claro que hubo un gran número de personas y personajes que no quisieron ser entrevistados – sobretodo entre los marroquíes y sus aliados -, por lo que la balanza queda sopesada de un sólo lado.

Muchos dirán que la clara inclinación de este documental por uno de los bandos le resta credibilidad dentro del género, pero tratándose de un conflicto abierto y tan tremendamente complejo y desequilibrado, y más si cabe en los tiempos que corren en los que todo está forzado a ser terriblemente aséptico y políticamente correcto, posicionarse me parece una postura más valiente que quedarse de mero observador.