FICHA TÉCNICA:
Dirección: Juan Carlos Medina
Guión: Luiso Berdejo
Producción: Adolfo Blanco, François Cognard, M.A. Faura, Antoine Simkine
Fotografía: Alejandro Martínez
Montaje: Pedro Ribeiro
FICHA ARTÍSTICA:
David: Álex Brendemuhl
Berkano: Tómas Lemarkis
Benigno: Ilias Stothart
Dr. Holzman: Derek de Lint
Adán Martel: Juan Diego
Argumento:
Tras un fatídico accidente de coche, un brillante neurocirujano es sometido a una serie de pruebas que revelan que tiene cáncer y que necesita un trasplante de médula. Cuando decide pedir ayuda a sus padres, la respuesta de éstos sacará a la luz una misteriosa historia del pasado. El protagonista emprende entonces una investigación que le permite averiguar que, durante la Guerra Civil (1936-1939), un grupo de niños nació con una extraña peculiaridad: la insensibilidad ante el dolor físico.
Siempre está bien ver cine español de género, con ambición y que apunte buenas maneras, aunque los resultados no sean tan satisfactorios como podrían haber sido. Y es que Insensibles, bebiendo de las dos películas de Guillermo del Toro ambientadas en la Guerra Civil española, hace uso de un despliegue técnico al que no solemos estar acostumbrados por estos lares, si bien, luego es el guión y sus faltas lo que hacen que esta película no se convierta en un clásico del género nacional.
El comienzo es prometedor, con las dos historias paralelas y aparentemente inconexas, por un lado los niños del pueblo del pirineo catalán que no sienten dolor físico y son encerrados para llevar a cabo experimentos, y por otro el doctor que pierde a su familia en un accidente de coche y tiene que buscar donantes para poder tratarse una enfermedad descubierta a partir del accidente. Sin embargo, la conexión entre ambas historias no es tan solvente como podría ser, ya que entre ambas se producen cambios de ritmo y de tono no justificados que empobrecen la tensión narrativa y el visionado.
Un producto original en su planteamiento, con aires de cuento gótico, pero del que se podría esperar más, y del que cabría avisar a los más aprehensivos que hace un uso un tanto exagerado del dolor físico y pone a prueba el aguante del espectador.